665 En el comunicado del 13 de enero se citaban los nombres de nueve personalidades médicas. Entre ellas estaba Vinogradov, que había actuado como experto médico en el proceso de Bujarin, a propósito de los ”asesinatos” de Gorki, Pechkov, Kuibichev y otros. Cinco confesaron actuar a cuenta del espionaje americano por intermediario de la organización judía Joint. Tres se declararon agentes del Intelligence Service. Días después fue condecorada la doctora Lidia Timachuk, por haber ayudado a descubrir los médicos-espías-asesinos. La prensa soviética la presentó como un héroe nacional. El comunicado del 4 de abril mencionaba trece nombres, de los cuales seis no figuraban en la lista del 13 de enero. No se sabe la suerte corrida por los dos nombres de ésta última que, por consiguiente, no constaban en la lista del 4 de abril. Puede suponerse que perecieron en las torturas o eran agentes de Beria, como la doctora Timachuk.
Según diversos kremlinólogos que han estudiado este tenebroso asunto (Schapiro, H. Salisbury, W. Leonhard), en sus últimos meses Stalin preparaba una gran purga. La mujer de Mólotov fue detenida y deportada en ligazón con el asunto de los médicos. También dos hijos de Mikoyan. Todos los principales dirigentes se sentían amenazados y Stalin amenazado por todos. El episodio de los médicos habría sido un primer eslabón de esa lucha feroz en las altas esferas del “partido guía”, a la que el fallecimiento de Stalin (cuyas circunstancias siguen siendo oscuras hoy día) dio un giro inesperado. Krishna Menon, personalidad gubernamental de la India que se entrevistó con Stalin poco antes de morir éste, contó que el dictador garrapateó unas figuras de lobos en una hoja de papel y le dijo a su visitante que el campesino ruso conocía bien a los lobos, sus viejos enemigos, y sabía bien como abatirlos, pero los lobos también lo sabían. (Véase Le parti bolchevique de Pierre Broué, p. 460-462, donde se resume lo conocido sobre esta cuestión).<<