123 Rosa Luxemburgo inicia la crítica de la teoría de Lenin sobre el partido, en cuanto ésta toma forma sistemática en Un paso adelante, dos pasos atrás. Su ensayo “Algunas cuestiones de organización de la socialdemocracia rusa”, publicado en Neue Zeit en 1904, es una crítica directa, a nivel teórico, del libro de Lenin. Aquí hace una observación muy aguda: “Es ignorar la naturaleza íntima del oportunismo, el atribuirle, como hace Lenin, la preferencia invariable por una forma determinada de organización, concretamente por la descentralización” (Marxisme contre dictature, Spartacus, París, 1946, p. 29). En el mismo ensayo muestra el efecto perjudicial de la ultracentralización sobre la acción política del partido: ”Concediendo al órgano director del partido poderes tan absolutos de un carácter negativo, como quiere Lenin, no se hace más que reforzar hasta un grado muy peligroso el conservadurismo inherente a este órgano. Si la táctica del partido debe ser el hecho no sólo del Comité Central sino del conjunto del partido o, aún mejor, del conjunto del movimiento obrero, es evidente que las secciones y federaciones necesitan esa libertad de acción que es el único medio de poder utilizar todos los recursos de una situación y desarrollar su iniciativa revolucionaria. El ultracentralismo defendido por Lenin nos aparece como impregnado, no de un espíritu positivo y creador, sino del espíritu estéril del vigilante nocturno. Toda su preocupación tiende a controlar la actividad del partido y no a fecundarla; a estrechar el movimiento más bien que a desarrollarlo; a yugularlo y no a unificarlo” (Ibid., p. 25).<<