173 Paul Faure, que interviene en nombre de la Internacional II y media, plantea que ”la constitución de un verdadero frente único proletario” no puede lograrse más que ”si los conflictos entre los partidos proletarios son dirigidos exclusivamente con armas intelectuales y no envenenados por procedimientos de lucha terrorista, aplicados por un partido proletario contra los otros”. ”El Ejecutivo de la Unión de partidos socialistas constata que en la Rusia soviética, bajo la dictadura del partido comunista, las masas del pueblo trabajador están despojadas de todos los derechos políticos y de toda libertad sindical, los partidos socialistas perseguidos por medio del terror y privados de toda posibilidad de acción, y que la Georgia socialista se ha visto despojada, por una ocupación militar, de su derecho a disponer de sí misma.” Consideramos como una necesidad ”exigida por una verdadera unidad de acción del conjunto del proletariado, que les sean devueltos a los partidos socialistas de Rusia la igualdad de derechos políticos, a los obreros y campesinos de Rusia su libertad de acción política y económica, y al pueblo trabajador de Georgia, su derecho de libre disposición de sí mismo”. Advierte que la ejecución de los socialrevolucionarios condenados a muerte en Moscú haría imposible la conferencia. Otto Bauer, también en nombre de la Internacional II y 2, plantea: “Consideramos como incompatible con la idea del frente único proletario que la plenitud de los derechos cívicos no sea reconocida a todos los partidos proletarios y socialistas en Rusia.” “Es una de las manifestaciones más incomprensibles de la política del gobierno de los soviets que en el momento mismo en que su partido ha lanzado la consigna de unidad proletaria, organice grandes procesos criminales por hechos que han pasado hace cuatro años, que han sucedido en circunstancias muy diferentes, que han ocurrido en una época de guerra civil abierta; que los organice ahora, sabiendo, como tiene que saber bien, las dificultades que ello crea forzosamente a la idea de la unidad del frente proletario.”
Bauer está de acuerdo con las “condiciones morales” que ponen los representantes de la II Internacional, pero no en el camino que escogen: formularlas, y esperar que la III acepte. ¡Que las masas se unan, fraternicen en la misma acción! (los representantes comunistas aplauden). ”No especuléis - les dice a los delegados de la II - con lo que los comunistas se proponen. Eso puede cambiar rápidamente. Vemos aparecer en Moscú todos los días un nuevo y último curso. No se trata de lo que esos camaradas quieran hacer, sino de lo que están forzados a hacer.”
Dirigiéndose a los comunistas, les dice: “Yo no soy un niño para ignorar que viniendo de mí un llamamiento no puede encontrar eco en vosotros.” ”Yo soy, en efecto, lo que he leído de nuevo justamente hoy, un traidor enviado aquí para representar los intereses de la burguesía. ¿Qué queréis? Es vuestra terminología...” Pero “vosotros sabéis muy bien que cuando os hago este llamamiento para que restablezcáis las condiciones necesarias del frente único, yo no hago más que expresar lo que desean y quieren hoy millones de trabajadores de todos los países”.<<