Agradecimientos
Oculto sendero es una de las tres obras que Elena Fortún pensó que sería mejor destruir. Tras muchos viajes, ha acabado en mis manos porque otras no lo quemaron y porque una cadena de mujeres amigas de la autora y lectoras de Celia han velado por él. Aunque ya no pueda leer estas páginas, gracias le son debidas a Inés Field porque conservó con mimo esta desgarradora autobiografía novelada. Junto con ella, otras amigas de la autora cuidaron del manuscrito, pasado a máquina y encuadernado. Finalmente, la profesora Marisol Dorao lo recibió y lo guardó en su casa en Cádiz, de donde salió esta vez en el bolso de viaje de María Jesús Fraga, mi compañera en esta colección Biblioteca Elena Fortún y amiga, para que ambas lo sostuviésemos emocionadas en Madrid. En los tiempos en que Marisol Dorao y yo nos escribíamos ella me dijo que, como crítica, se sentía superada por el tema de este libro. Marisol tampoco puede ya leer estas páginas. Nunca le agradeceré bastante aquellos años de amistad epistolar ni a su hija Belén González Dorao su apoyo y compromiso.
Raquel Osborne, Tània Balló, Serrana Torres y Javier Expósito continúan pendientes de este resurgir de Fortún, interesándose por nuestro trabajo y apoyándolo. Gracias también a Ana Vega Toscano de RNE por su interés y a Rosa Alcalá Galiano por hablarme de su abuelo pintor, personaje de este libro, y completar su retrato.