Et le soleil s'endormit sur l'Adriatique 

 

 

 

Leo pidió un cortado y un cruasán. Sacó los folios que había impreso en el despacho y comenzó a leerlos.

 

Objeto: Tesis sobre Falsificación de conceptos en el Arte Contemporáneo.

 

Estimado Yago Pemán:

Adjunto le envío el resumen de la tesis que me gustaría que me dirigiera. El tema de estudio es la proliferación de obras de dudoso valor artístico y la influencia del marketing en su precio.

Había pensado utilizar como hilo argumental el documental “My kid could paint that” (Mi hijo podría pintar eso) en el que se cuenta la historia de Marla Olmstead, una niña que a los dos años empezó a pintar animada por su padre. La primera exposición fue un éxito y numerosos medios se hicieron eco de ella. Lo asombroso es el precio que alcanzaron los cuadros: 10.000 dólares el más barato y 250.000 el más caro.

La documentación sobre el caso puede encontrarse en marlaolmstead.com

Otro caso en el que me gustaría profundizar es el documental “¿Quién ### es Jackson Pollock?” (Harry Moses, 2006). Cuenta la historia de Teri Horton, una camionera californiana que compró un Pollock auténtico en una tienda de segunda mano por cinco dólares. Como sin duda sabrá, el Pollock 5 se vendió en ciento cuarenta millones.

El tercer argumento que había pensado utilizar es la broma protagonizada en 1910 por el escritor satírico francés Roland Dorgelès, Amiens, (1885–1973), colaborador de Le Canard Enchaîné. Sus dos grandes bromas consistieron en la propagación de un inexistente movimiento artístico, el excesivismo, y la disparatada invención del pintor futurista italiano Joachim–Raphaël Boronali.

Tal y como acredito, Dorgelès convocó a un notario y ató un pincel a la cola del asno Aliborón, (anagrama de Boronali), propiedad del dueño del restaurante Lapin–Agile. El resultado fue un cuadro que tituló Et le soleil s'endormit sur l'Adriatique (Y el sol se dormía sobre el Adriático). El cuadro se expuso en el Salón de los Independientes en 1910 y obtuvo una acogida entusiasta. Los diarios Le Matin y La Lanterne hablaron del cuadro con grandes elogios. El escritor Dan Franck, reprodujo en su libro “Bohèmes” algunas de las críticas.

“... resulta que la obra es un poco fauve por el lado del cielo, de formas vagas, demasiado impresa de la personalidad del autor, enigmática si no simbólica: ¿qué representan esos surcos rojos del centro de la tela?, ¿una nariz?, ¿la luna?, ¿un Pierrot divino?... toda la prensa habla de ello. Y más aún cuando Dorgelés se presenta en la redacción de Le Matin con las pruebas de la superchería (...). Al día siguiente, aparecen en el titular de un periódico unas palabras que definen al cubismo tal y como era considerado en la época: un asno, jefe de escuela pictórica”

Dan Franck. Bohémes.

 

A la espera de recibir noticias suyas, reciba un cordial saludo.

Marcial Otamendi

 

 

 

Al ver acercarse a Mav con un bocata de jamón en la mano, Leo comprendió que aún no había encontrado su lugar en el mundo: era un chaval de veintipocos, lampiño y con piercings por todos lados. Llevaba un gorro de lana tricolor y una camiseta raída de Judas Priest.

—Mav, hola— saludó extendiendo la mano.

—Yago… me habían hablado de ti.

Mav se sentó y le metió una dentellada al bocadillo que casi se arranca un dedo.

Menudo tieso.

—Verá... —dijo empujando el jamón con el pulgar— lo que me mandaron Jero y Leo de la web... ya está.

—¿Sí?

—Lo de los archivos que no puede abrir —miró a derecha e izquierda masticando—… no soy de esa tribu, ¿eh? Pero sé quién puede.

—Es urgente.

—¿Ha oído hablar de Ambrosini? —preguntó masticando con la boca abierta.

—¿Ambrosini?

—¿Se acuerda del rollo de la Presidencia española de Bruselas… que en la web del Gobierno apareció Mr. Bean en vez de Zapatero?

—Sííí.

El tipo masticaba como si llevara un mes sin comer.

—Fue él.

—¿Ambrosini?

—Menudo hijo de puta. Ese tío sí que sabe… dice que el código fuente XXS es una mierda, el cross site scripting, ya sabe.

—Algo oí, sí.

—Hacemos una cosa: le llamo ahora y mañana a las doce tenga el ordenata encendido. Cuando aparezca una ventana con Ambrosini, dele aceptar.

—¿Y ya está?

—Eee… son cien pa él y cincuenta… bueno, yo soy su manager, ¿sabe?

—O sea que el XL es una mierda.

—Pinchá dun palo.

Trampa
titlepage.xhtml
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_000.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_001.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_002.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_003.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_004.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_005.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_006.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_007.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_008.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_009.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_010.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_011.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_012.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_013.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_014.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_015.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_016.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_017.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_018.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_019.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_020.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_021.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_022.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_023.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_024.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_025.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_026.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_027.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_028.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_029.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_030.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_031.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_032.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_033.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_034.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_035.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_036.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_037.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_038.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_039.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_040.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_041.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_042.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_043.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_044.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_045.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_046.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_047.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_048.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_049.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_050.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_051.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_052.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_053.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_054.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_055.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_056.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_057.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_058.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_059.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_060.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_061.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_062.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_063.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_064.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_065.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_066.html
CR!BE907W0D3N4AD4C7DYX9WHMMWCVS_split_067.html