10

Por la mañana Tom encontró a su ayudante, Shane McBride, en el caminador, muy atento a un caballo alazán que daba vueltas con dificultades por la pista. Shane era un irlandés de South Boston titulado en Yale, pero se había amoldado a las costumbres del Oeste estupendamente, y ahora parecía aún más vaquero que la propia gente del país. Siempre iba con botas camperas, se dejaba crecer el bigote, se calaba hasta el fondo un sombrero Stetson abollado, se ponía un pañuelo negro descolorido en el cuello y mascaba tabaco todo el santo día. Sabía de caballos, tenía sentido del humor, se tomaba el trabajo en serio y era de una fidelidad a toda prueba. Desde el punto de vista de Tom, era el colaborador perfecto.

Shane se volvió hacia Tom, se quitó el sombrero y se secó la frente, entrecerrando un ojo.

—¿A ti qué te parece?

Tom observó los movimientos del caballo.

—¿Cuánto tiempo lleva?

—Diez minutos.

—Osteítis podal.

Shane abrió el ojo que había cerrado.

—No, te equivocas. Sesamoiditis.

—No tiene hinchadas las articulaciones del tobillo, y la herida es demasiado simétrica.

—Incipiente; además, la sesamoiditis también puede ser simétrica.

Tom observó los movimientos del caballo con los ojos entornados.

—¿De quién es?

—Del O Bar O. Se llama Noble Nix y es la primera vez que da problemas.

—¿Vaquero o de saltos? —Vaquero.

Tom frunció el entrecejo.

—Quizá tengas razón.

—¿Quizá? Aquí no hay quizás que valgan. Acaba de llegar de una carrera en Amarillo, de ganar un premio. La combinación del esfuerzo y de un viaje tan largo es causa más que suficiente.

Tom paró el caminador, se puso de rodillas y palpó los tobillos del caballo. Estaban calientes. Se levantó.

—Sigo diciendo que es osteítis podal, pero reconozco que podría ser osteítis podal en los huesos sesamoideos.

—Deberías haber sido abogado.

—El tratamiento es el mismo en ambos casos: descanso total, un chorro de agua fría cada cierto tiempo, aplicación de dimetilsulfóxido y fundas de cuero en todas las patas.

—No me digas.

Tom cogió a Shane por el hombro.

—Se te empieza a dar muy bien, ¿eh, Shane?

—Pues sí, jefe.

—Entonces no te molestará quedarte otro día al frente de todo.

—Contigo fuera va todo mucho mejor: cerveza fría, mariachis, mujeres con el culo al aire…

—Que no se te incendie el chiringuito.

—¿Sigues buscando a la hija del que mataron en el Laberinto?

—Sí, pero no estoy teniendo mucha suerte. La policía no consigue encontrar el cadáver.

—Pues a mí no me sorprende que no aparezca. Arriba es todo tan grande…

Tom asintió con la cabeza.

—Si pudiera descifrar lo que escribió en su cuaderno probablemente sabría quién era.

—Probablemente.

Tom se lo había contado todo a Shane. Su relación era así, y Shane, aunque de natural muy hablador, podía presumir de una discreción a toda prueba.

—¿Lo llevas encima?

Tom sacó el cuaderno del bolsillo.

—Déjame verlo. —Shane lo cogió y lo hojeó—. ¿Qué es, algo en clave?

—Sí.

Lo cerró y miró la tapa.

—¿Esto es sangre?

Tom asintió con la cabeza.

—Caray, pobre tío… —Shane le devolvió el cuaderno—. Como los polis se enteren de que te lo has quedado, te encierran y sueldan la puerta de la celda.

—Lo tendré en cuenta.

Tom fue a la parte trasera de la clínica para ver cómo estaban los caballos del establo. Los acarició uno a uno, les murmuró palabras tranquilizadoras y comprobó su estado. Después fue a su escritorio para ordenar las facturas, y vio que algunas habían vencido. No había dejado de pagar por falta de dinero, sino por pura vagancia. Shane y él odiaban por igual la parte del negocio que era simple papeleo. Volvió a dejar las facturas en la bandeja de entrada, no abrió ninguna. Decididamente, necesitaba un contable que le llevara los trámites. La pega era que el sueldo extra volvería a situarlos en números rojos, después de un año en que les había costado mucho cubrir gastos. El hecho de que Tom tuviera cien millones de dólares en custodia no contaba. Él no era su padre. Necesitaba obtener beneficios por sus propios medios.

Apartó los papeles para abrir el cuaderno encima de la mesa. Los números le hacían señas. Estaba seguro de que guardaban el secreto de la identidad del muerto. También el del tesoro que había encontrado.

Shane asomó la cabeza.

—¿Qué, cómo va el caballo del O Bar O? —preguntó Tom.

—Ya le he hecho la cura. Está en su compartimiento del establo.

Shane vaciló en la puerta.

—¿Qué pasa?

—¿Te acuerdas de que el año pasado a los del monasterio de al lado del río Chama se les puso enferma una oveja?

Tom asintió.

—¿Recuerdas que cuando fuimos allí alguien dijo algo de un monje que había descifrado códigos para la CIA, pero que lo había dejado todo por la vida monástica?

—Sí, me suena.

—¿Por qué no le pides que te descifre el cuaderno?

Tom miró a su socio fijamente.

—Es la mejor idea que has tenido en toda la semana.

Tiranosaurio
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
prologo.xhtml
primera_p.xhtml
cap01.xhtml
cap02.xhtml
cap03.xhtml
cap04.xhtml
cap05.xhtml
cap06.xhtml
cap07.xhtml
cap08.xhtml
cap09.xhtml
cap10.xhtml
cap11.xhtml
cap12.xhtml
cap13.xhtml
cap14.xhtml
cap15.xhtml
cap16.xhtml
cap17.xhtml
cap18.xhtml
cap19.xhtml
cap20.xhtml
cap21.xhtml
cap22.xhtml
cap23.xhtml
cap24.xhtml
segunda_p.xhtml
cita.xhtml
sp_cap01.xhtml
sp_cap02.xhtml
sp_cap03.xhtml
sp_cap04.xhtml
sp_cap05.xhtml
sp_cap06.xhtml
sp_cap07.xhtml
sp_cap08.xhtml
sp_cap09.xhtml
sp_cap10.xhtml
sp_cap11.xhtml
sp_cap12.xhtml
sp_cap13.xhtml
sp_cap14.xhtml
sp_cap15.xhtml
sp_cap16.xhtml
sp_cap17.xhtml
sp_cap18.xhtml
sp_cap19.xhtml
tercera_p.xhtml
cita2.xhtml
tp_cap01.xhtml
tp_cap02.xhtml
tp_cap03.xhtml
tp_cap04.xhtml
tp_cap05.xhtml
tp_cap06.xhtml
tp_cap07.xhtml
tp_cap08.xhtml
tp_cap09.xhtml
tp_cap10.xhtml
tp_cap11.xhtml
tp_cap12.xhtml
tp_cap13.xhtml
tp_cap14.xhtml
tp_cap15.xhtml
tp_cap16.xhtml
tp_cap17.xhtml
tp_cap18.xhtml
tp_cap19.xhtml
tp_cap20.xhtml
tp_cap21.xhtml
tp_cap22.xhtml
tp_cap23.xhtml
tp_cap24.xhtml
tp_cap25.xhtml
cuarta_p.xhtml
cita3.xhtml
cp_cap01.xhtml
cp_cap02.xhtml
cp_cap03.xhtml
cp_cap04.xhtml
cp_cap05.xhtml
cp_cap06.xhtml
cp_cap07.xhtml
cp_cap08.xhtml
cp_cap09.xhtml
quinta_p.xhtml
cita4.xhtml
qp_cap01.xhtml
qp_cap02.xhtml
qp_cap03.xhtml
qp_cap04.xhtml
qp_cap05.xhtml
qp_cap06.xhtml
qp_cap07.xhtml
qp_cap08.xhtml
qp_cap09.xhtml
qp_cap10.xhtml
qp_cap11.xhtml
qp_cap12.xhtml
qp_cap13.xhtml
sexta_p.xhtml
cita5.xhtml
xp_cap01.xhtml
xp_cap02.xhtml
xp_cap03.xhtml
xp_cap04.xhtml
xp_cap05.xhtml
xp_cap06.xhtml
xp_cap07.xhtml
epilogo.xhtml
cita_epi.xhtml
epi01.xhtml
agradecimientos.xhtml
autor.xhtml
notas.xhtml