Capitulo 3.

Conchita veía como la extraña mejoraba día a día, pero su memoria parecía no querer volver a ella.
La policía ya había ido ha hablar con ella e interrogarla, rápidamente supieron por su forma de hablar que era colombiana y aunque así se lo hicieron saber eso no despertó el mas mínimo recuerdo en ella. Era raro, de su pasado solo traía un nombre o algo que para ella era importante, pero que no lograban entender, y parecía ser que no era su nombre pero seguro que era alguien o algo muy importante para ella.
La policía se llevó sus huellas por si tenia antecedentes, era una forma de poder saber quien era esa mujer y que pudo llevarla a estar de aquella forma.

Para Conchita le pareció que era algo discriminatorio por el solo hecho de ser forastera. Pero en parte sabía que era quizás la única forma de poder saber alguna cosa sobre ella.
Habían pasado unas semanas y la joven comenzó a levantarse de la cama aunque se sentía débil muy débil. Las piernas le flaqueaban y no aguantaba mas de unos minutos de pie.

Fue ese primer día cuando pudo ir sola al lavabo cuando al mirarse en el espejo tuvo el primer flash.
Su reflejo le trajo a la cabeza una cara conocida pero no lograba saber quien era por mucho que quiso esforzarse no conseguía recordar nada, solo sabía que había algo en su interior que la intranquilizaba. Como cuando se tiene algo que hacer y dejas que pase el tiempo sabiendo que al final debes hacerlo. Pero no conseguía saber que era y eso la creaba un sentimiento de frustración tremendo.

Volvió a la cama y se estiró en ella después pulsó el timbre para hacer que la enfermera fuese hasta ella. Conchita apareció rápidamente para comprobar que todo estaba bien.

- ¿ Que sucede ? ¿ Te ocurre algo?_ Preguntó la mujer muy preocupada por la muchacha_
- Me reconozco pero no se como me llamo ni…._ Le dijo la joven muy aturdida_ ¿ Debo estar bien loca ? ¿ No ?
- No cariño, es normal, la mente nos juega malas pasadas y a veces recordamos cosas sin más y no conseguimos recordar lo que queremos. Pero ten paciencia estoy segura que lo conseguirás. Solo espero que sea bueno para ti, en fin ahora que estaba convencida de que tellamabas Ninet yo…
- ¡ Perdón ! ¿Qué es lo que dijo?_Preguntó la chica muy interesada en lo que Conchita le había dicho hacía solo unos segundos_
- Bueno como el primer día pronunciaste el nombre de Ninet pensé….
- Ninet ¡ Dios mío! no reconozco ese nombre no consigo saber quien o qué es._ La joven tenía como un ahogo en el pecho, aquella palabra le era muy familiar y no conseguía saber por qué_
- Cariño, no te obsesiones cuando menos lo esperes volverás a recordar ya recordaste tu nombre, poquito a poco.
- Si yo lo se, pero tengo como una angustia algo me dice que no hay tiempo ¿ Pero para que? ¡ Dios mío ! Que impotencia.

El doctor apareció por sorpresa en la habitación, Conchita no le esperaba era su día libre pero estaba claro que aquella mujer le interesaba y mucho tanto como para perder su día festivo y pasarlo dentro del hospital.

Ella intentaba levantarse de la cama dispuesta a marcharse, no sabia a donde pero algo le decía que debía salir de allí cuanto antes.
El doctor se acercó a la cama e intento retenerla él sabia que la mujer no estaba en condición de salir a la calle y mucho menos correr ningún riesgo. Sus heridas aun no habían cicatrizado y mentalmente no estaba preparada para afrontar lo que pudiese encontrarse allí fuera.


- Escúcheme por favor, si recae no se va ha hacer ningún favor. Llamaremos al inspector Gandia como bien dice Conchita a ver si pudo averiguar alguna cosa sobre usted y mientras nos quedaremos haciendo un ejercicio de memoria para ayudarla a recordar .
- Doctor ya hemos avanzado algo, recuerda una palabra, no se si es un nombre o que és Ninet ¿No le parece un nombre precioso?_ Dijo Conchita al doctor con cierta picardía_
- Es perfecto._ Se limitó a decir el doctor mientras la miraba embelesado_

La joven cayó rendida y arrancó a llorar con desesperación, pues era muy consciente de que no estaba en condiciones de andar sola. Tendría que confiar en ellos y en la policía.

Lucía sabía que ahora había llegado el momento de hacer frente a sus responsabilidades.
La pequeña Esmeralda había comido, estaba limpia y mucho mas tranquilita. Le cogió de su manita y salieron juntas de la habitación se dirigieron a recepción y una vez allí le pidió a su compañero que fuese tan amable de llamar al director del hotel.
El recepcionista le sugirió que quizás seria mejor llamar a la gobernanta y no molestar al director.
Pero ella se mantuvo firme y le rogó que le llamase, el tema era lo suficientemente grave como para que fuese él propio director quien se responsabilizase de ello.

El hombre marcó en el teléfono la extensión que le ponía directamente con el despacho de dirección.

- ¡Si, dígame!_ Respondió al oto lado del teléfono el director del hotel_
- Sr. Carrasco, perdone que le moleste pero creo que sería conveniente que usted bajase a recepción. Hay un tema importante que requiere de su presencia.
- ¡ Está bien ! Ahora mismo bajo gracias por avisar.
- De nada señor.

No pasaron mas de cinco minutos cuando Lucía vio abrirse el ascensor y vio aparecer a Daniel Carrasco.
Era un hombre elegante en apariencia frío pero Lucía sabía de sobras que era un hombre tierno y justo. Daniel llevaba cinco años viudo, su mujer había muerto de un cáncer de mama y no habían tenido hijos. Ahora en la plenitud de su vida se encontraba solo muy a menudo a sus cincuenta años había renunciado a tener vida propia todas las horas del día las dedicaba al hotel, no podía entrar en su casa sin que la sensación de soledad acabase por consumirle.
El hombre se percató de que Lucía estaba acompañada por una niñita que no era su hija.
Se preguntó quien debía ser la pequeña, lo que estaba claro era que si requerían su presencia lo mas seguro era que la niña se hubiese perdido.
Lucía le miraba mientras le veía acercarse a ella, siempre le había parecido un hombre muy atractivo, ella amaba a su marido pero eso no quitaba para reconocer que ese hombre le atraía. Y quizás estaba equivocada pero juraría que ella también producía cierto agrado en el hombre. Aunque jamás se le había insinuado ni nada por estilo, pero esas cosa las mujeres las perciben y ella estaba segura de que atraía a ese hombre.

- Buenos días Lucía ¿ Que tal, va todo bien?_ Saludó muy cordialmente el hombre a su empleada_
- Si, si señor. Pero verá esta mañana…..

Lucía le explicó con todo detalle lo sucedido esa mañana, el hombre la miraba expectante él sabía también como ella que no habían hecho precisamente lo correcto pero el hombre supo entender perfectamente los motivos de la mujer para actuar como lo había hecho.

- Señor se que debí decirlo rápidamente, pero estaba tan asustada y….._La mujer trataba de excusar su conducta_
- Tranquila Lucía, nosotros no somos policías solo somos personas, no tenemos porque saber el procedimiento a seguir.
La niña está bien y eso es lo importante.
Ahora llamo a la policía y denunciamos el caso, mientras miraremos el registro a ver si logramos saber alguna cosa más sobre la madre.

Sin necesidad de pedirlo el recepcionista ya tenía localizada la ficha de entrada de la habitación 64.

- Señor la mujer se llama Marina López dejó un numero de móvil pero no contestan.
La niña apretaba la mano de Lucía reclamando su atención. Lucía la miró y pudo ver que la niña quería decirle alguna cosa se agachó hasta estar a la altura de ella y puso su oído al lado de la boquita de ella.

- Lucía mi mamá no se llama Marina._ Dijo Esmeralda con una vocecita que solo Lucía pudo escuchar_
- ¿ Ha no ? Y pues ¿Como se llama mi amor?
- Nayala
- Que nombre tan bonito casi, casi tan bonito como el tuyo.
Y recuerdas como es el apellido de mamá. No mejor ¿Como te llamas tú?

La niña pensaba que Lucía se reía de ella. Lucía sabía perfectamente que se llamaba Esmeralda.

- ¿ Ya lo olvidaste ? _ Le dijo la niña riendo_
- No mi amor ya se que te llamas Esmeralda pero tenemos dos apellidos ¿Tu sabes los tuyos ?
- Esmeralda Salazar Puig
- Caramba son bien especiales, tu mamá tiene apellido catalán._ Observó Lucía_
- Si mi mamá dice que mis abuelitos eran de Barcelona. Yo se un poquito de catalán mi mamá me enseñó.

Entonces la niña se puso a llorar y reclamar a su mamá. Lucía miraba al su jefe, rápidamente ataron cabos.
Si la mujer se había registrado con otro nombre era porque no quería que la encontrasen pero aun así la encontraron y ahora vete tu a saber donde demonios estaría mientras s hija notaba su ausencia.
Que la mujer quería a su hija y que no la había abandonado estaba claro, lo que hizo fue protegerla para que no la encontrasen. ¡ Pero que había sido de ella !.

Lucia solo sufría por la niña ¿ Que sería ahora de ella? Con gusto se la llevaría pero ella ya tenía que dejar a Macarena y a Sandro con su madre no podía cargar a la mujer con otro niño más. Pero esa pobre niñita no quería pensar donde podrían llevarla hasta que diesen con su madre.

Daniel Carrasco pareció adivinar lo que la mujer estaba pensando.

- No se preocupe Lucía no dejaremos que le pase nada malo a la niña ¿ De acuerdo ?

La mujer le sonrió y él le devolvió la sonrisa que a ella le pareció preciosa.
Por un momento sintió un escalofrío en el cuerpo, ella sabía bien lo que era aunque no quisiese admitirlo.

 

Andrea
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