Capítulo 7
En aquella reunión privada. Su
primera reunión privada en aquella sociedad sin fingir quien era.
Ni en busca de lastimar a alguien. Solo esperaba la llegada de su
padre, quien era la única razón que le alegraba su
existencia.
_ Mira, ahí está alguien muy cercano a
ti_ le dijo Lady Eleanor, haciendo que sus ojos verdes grisáceos,
se encontraran con los ojos castaños de aquel caballero_. Lord
Henry Wellsby… Se conocieron cuando eran niños y vivían en las
Indias Occidentales. Es uno de los caballeros más respectado de
esta sociedad. Es un buen hombre… ¡Qué lástima que haya quedado tan
joven viudo!... La mujer que vuelva a conquistar su corazón, será
la mujer más feliz de este mundo… Aunque tenga que volverse la
madrastra de su pequeña hija, a cual quiere con toda su
vida.
_ ¿Lo conocí cuando era una niña y
vivía en Las Indias Occidentales?_ un nudo se le formó en la
garganta.
_ Sí… Crecieron juntos e incluso
fueron muy buenos amigos… Le he escrito y lo he invitado, porque al
igual que tu padre y yo, él está también feliz de saber que estás
viva.
¿Wellsby?... Aquel
apellido resonó en sus oídos con un sonido ensordecedor, mientras
su corazón palpitaba aún más fuerte. ¿Acaso podría ser la vida aún
más cruel y malvada?... No, no podía con todo aquello, viendo al
fin el rostro de aquella persona a la que había robado en aquel
baile de máscara.
_ ¿Sucede algo, Danielle?_ le preguntó
lady Eleanor, después de verle hacer un gesto con su
rostro.
_ No…Nada.
_ Viene a saludarte… Está al igual que
nosotros. Abrumado por la noticia.
_ Entiendo…_ susurró, mientras en su
interior se decía: <<¡Oh, por dios! ¡Es él! Es
el mismo hombre que Lord Wynthrope Burrough deseaba que yo matara,
y envenenó mi mente para robarle... ¿Qué demonios hago aquí
tratando de encontrar una vida que no es mía? ¿Yo no me merezco una
vida como ésta? ¡Yo soy una vil
mentira!...>>
El corazón se le quiso
salir del pecho cuando vio a aquel caballero aún más cerca de ella,
sin máscara, sonriéndole como si realmente el tiempo jamás los
hubiese separado y siguieran siendo los viejos
amigos.
_ ¿Danielle?, ¿realmente eres tú?_
dijo, sintiendo tanto deseo de poder abrazarla, pero comprendía que
ella no lo reconocía. Aquel accidente de niña había borrado todos
sus recuerdos_. Pensé que quizá soñaba cuando recibí la carta de tu
tía informándome sobre tu aparición.
_ Me temo que debo excusarme… Siento
el deber de que debería recordarle. Pero, siento tanto no poder
hacerlo…_ sonrió sintiéndose tan avergonzada, que hasta sus
mejillas se sonrojaron_. Sí, soy yo… Aunque realmente todo esto es
una sorpresa para mí, Lord Wellsby.
_ Llámame Henry… Así me llamabas de
niño.
_ Sin embargo somos ahora adultos y el
tiempo ha avanzado tanto… Lo intentaré, pero no le puedo prometer
nada. Como comprenderá todo esto es nuevo para
mí.
En aquel instante
Danielle sintió que el pasado y el presente se unían con una
fuerza aún más arrebatadora y avasalladora. Él estaba allí
como en el baile de máscara. Solo que esa vez, al fin, se miraban a
la cara. Una dura verdad para ella al saber a quién había embaucado
con sus mentiras. Odiándose, al mismo tiempo, por
ello.
Jamás había tenido la
intención de buscar la cara del hombre que había robado en aquel
baile de máscara, después de decirle una
mentira.
_ ¿Te siente bien, Danielle?_ le
preguntó lady Eleanor.
_ Sí, sí, muy bien… Solo que creo que
son muchas emociones para una sola noche.
_ Puedo escoltarte a un lugar más
privado… En verdad te ve algo pálida._ se ofreció
Henry.
_ No deseo
molestarle…
Cielos, ¿En qué
momento se había confabulado la vida con su propio ser, sin darle
un previo aviso?
Allí se encontraba ella,
de nuevo, a lado de aquel hombre que debería odiarle si supiera la
verdad. Ella se había prestado para engañarlo, para robarle y
después volverse en el títere de aquel vil hombre, con quien
su ser temía cruzarme una vez más.
Agradeció al cielo que su
padre, aquel hombre de quien siempre había escuchado y aún no había
tenido el gusto de conocer apareciera, salvándola de aquel
sentimiento de culpabilidad que le seguía al encontrarse junto a
lord Henry Wellsby. Si habían sido amigos en el pasado, ella
realmente no lo conocía. Era un recuerdo borroso de su pasado que
no había podido recuperar. Como sus recuerdos de aquellos días en
aquel país lejano.
_ Debes conocer a alguien, mi niña… A
alguien que te ha buscado por tanto tiempo._ le dijo lady Eleanor,
mientras todas las miradas de los presentes esperaban su
reacción._ Él es tu padre… Danielle.
_ ¿Mi padre?_ su corazón se alborozó
de una emoción que jamás había imaginado sentir. Su padre. Aquel
hombre que siempre había sido un misterio para
ella.
_ Sí, hija… Soy tu padre._ sus ojos
brillaban de felicidad, al mismo tiempo en que la comparaba con su
madre. Ya que eran como dos gotas de agua.
Eran las palabras más
dolorosas, maravillosas, horribles y magnificas que había
escuchado. Quería llorar, sin saber si a causa de la felicidad o de
la tristeza que le albergaba internamente. No lo sabía. Sin
embargo, se permitió ser abrazada por su
padre.