Volvió a reírse, pero esta vez con ganas.
-Amanda, estaba seguro de que eras única. ¿Sabes una cosa?
-¿Qué?
-Yo también me alegro de no ser homosexual –dijo acariciándole la mejilla. En ese instante el camarero se les acercó para preguntarles si querían
postre y David tuvo que apartarse un poco.
-Y para que estés tranquila quiero que sepas que nací en Londres, así que tampoco necesito el permiso de residencia.
- Me a l e gr o , m e d a r í a mu c h a p e n a qu e t e e x t r a d i t a se n . –Ab r i ó l a c a r t a d e
postres-. ¿Y Charles?
-No sé. Creo que él y Eva siguieron con lo suyo, pero ni lo sé ni me importa. La verdad es que en este último año ya he tenido bastante con preocuparme por mí. Voy a pedir tiramisú, ¿y tú?
-No debería, pero qué más da, otro para mí.
-Me he pasado el año entero dudando de mí, ¿cómo he podido ser tan estúpido?, ¿de verdad estoy tan ensimismado en mi trabajo que no me doy cuenta de nada?
Am a nd a i b a a co nt es t a r l e , p e r o e l o po r tun o c a m a r e r o a p a r ec i ó co n l os
dulces.
-Es el mejor tiramisú del mundo –dijo Amanda saboreando cada bocado.
-Y que lo digas –respondió David, que no sabía ni lo que estaba comiendo,
pues estaba embobado mirando cómo Amanda había vuelto a cogerle la mano casi sin darse cuenta; como si lo hubieran hecho toda la vida, como si fuera lo más normal del mundo. Eva nunca le tocaba en público, y si era sincero, él jamás había tenido ganas de que lo hiciera. Pero con Amanda le parecía incluso más necesario que respirar. Y sólo hacía unos días que la conocía.
-Estoy llenísima. ¿Qué te parece si paseamos un rato? Si no me muevo, me quedaré dormida.
-Genial. Pido la cuenta y nos vamos. –Vio que ella buscaba el bolso-. Te invito. Es lo mínimo que puedo hacer después de que hayas escuchado lo patética que ha sido mi vida en el último año.
Ella se sonrojó, pero aceptó el gesto.
Pasearon un rato, pero pronto llegó la hora de la despedida. Empezaba a hacerse tarde y Amanda tenía que ir a arreglarse para la cena.
-Me lo he pasado muy bien –dijo ella-, aunque aún no puedo entender que te gustaran esas esculturas de cartones.