2

 

-¿Estás bien? –le preguntó él sujetándola para que no se cayera.

 

-Sí, gracias. –Dio un paso hacia atrás-. ¿David?

 

-He venido corriendo –se excusó-. ¿Adónde vas?

 

Amanda tardó unos segundos en contestar; él ya no la sujetaba, pero estaba muy cerca. Demasiado para que pudiera pensar y vocalizar.
- H ay un a a v e r í a co n s i gu i ó d ec i r - . E l m e tr o n o c i rcu l a r á h a s t a d e n t r o d e un a

 

hora.

 

 

 

-¿Te pasó algo ayer? –preguntó él mirándola a los ojos.

 

-No, ¿por qué? Empezó a caminar hacia las escaleras para salir y él

 

acompasó sus pasos a los de ella.

 

-No cogiste el metro. –Se colocó bien la bolsa.

 

-Sí lo cogí.

 

-Ah. –Vio que ella no le explicaba nada más y decidió ser el primero en arriesgarse-. Yo lo perdí el miércoles.
Ella iba a decirle que no se había dado cuenta pero él siguió hablando y lo que dijo la dejó sin aliento.
-Te he echado de menos estos dos días.

 

Amanda se paró en seco en medio de la boca del metro y la señora que iba tras ella casi la tira al suelo.
-¿Qué has dicho?

 

-Que estos dos días te he echado de menos. –Se sonrojó un poco-. Seguro que piensas que estoy loco… o enfermo. Pero es la verdad.
-Ayer salí a las siete –respondió ella sin saber cómo reaccionar-. Supongo que cogí el anterior.
-Vaya. –Le colocó una mano en el codo para apartarla de allí-. ¿Te apetece tomar un café? ¿O te está esperando alguien en casa? –preguntó con el corazón en un puño. Si le decía que tenía novio iba a tener un gran desengaño. A pesar de lo que le había sucedido a él, David no podría hacerle lo mismo a otra persona.
-No, nadie. –Amanda no acababa aún de reaccionar. David la había echado de menos y era obvio que quería pasar más rato con ella. No te hagas ilusiones, se dijo a sí misma, seguro que sólo es un aficionado a los crucigramas y le hace gracia charlar un rato contigo. Además, el metro no funcionará hasta dentro de una hora-. En esa esquina hay una cafetería. Si quieres podemos esperarnos allí.
-Genial.

 

Caminaron hacia el local.
4 horizontal, Roma al revés
titlepage.xhtml
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_000.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_001.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_002.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_003.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_004.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_005.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_006.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_007.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_008.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_009.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_010.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_011.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_012.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_013.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_014.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_015.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_016.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_017.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_018.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_019.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_020.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_021.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_022.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_023.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_024.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_025.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_026.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_027.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_028.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_029.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_030.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_031.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_032.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_033.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_034.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_035.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_036.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_037.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_038.html
4_horizontal,_Roma_al_reves_split_039.html