FÁBULA LXXII

El Canario y otros Animales

(Hay muchas obras excelentes que se miran con la mayor indiferencia.)

De su jaula un día

se escapó un Canario,

que fama tenía

por su canto vario.

«¡Con qué regocijo5

me andaré viajando,

y haré alarde, dijo,

de mi acento blando!»

Vuela con soltura

por bosques y prados,10

y el caudal apura

de dulces trinados.

Mas ¡ay!, aunque invente

el más suave paso,

no encuentra viviente15

que de él haga caso.

Una Mariposa

le dice burlando:

«Yo de rosa en rosa

dando vueltas ando.»20

«Serás ciertamente

un músico tracio;

pero busca oyente

que esté más despacio.»

—«Voy, dijo la Hormiga,25

a buscar mi grano…

mas usted prosiga,

cantor soberano.»

La Raposa añade:

«Celebro que el canto30

a todos agrade;

pero yo entre tanto

(esto es lo primero)

me voy acercando

hacia un gallinero35

que me está esperando.»

—«Yo, dijo un Palomo,

ando enamorado,

y así el vuelo tomo

hasta aquel tejado.40

A mi palomita

es ya necesario

hacer mi visita;

perdone el Canario.»

Gorjeando estuvo45

el músico grato;

mas apenas hubo

quien le oyese un rato.

¡A cuántos autores

sucede otro tanto!50