FÁBULA LXVIII

El Ricacho metido a Arquitecto

(Los que mezclan voces anticuadas con las de buen uso, para acreditarse de escribir bien el idioma, le escriben mal y se hacen ridículos.)

Cierto Ricacho, labrando una casa

de arquitectura moderna y mezquina,

desenterró de una antigua ruina,

ya un capitel, ya un fragmento de basa,

aquí un adorno y allá una cornisa,5

media pilastra y alguna repisa.

Oyó decir que eran restos preciosos

de la grandeza y del gusto romano,

y que arquitectos de juicio muy sano

con imitarlos se hacían famosos.10

Para adornar su infeliz edificio,

en él a trechos los fue repartiendo.

¡Lindo pegote!, ¡gracioso remiendo!

todos se ríen del tal frontispicio,

menos un quídam que tiene unos lejos15

como de docto, y es tal su manía,

que desentierra vocablos añejos

para amasarlos con otros del día.