FÁBULA XXXVI
La compra del Asno
(A los que compran libros sólo por la encuadernación.)
Ayer por mi calle
pasaba un Borrico,
el más adornado
que en mi vida he visto.
Albarda y cabestro5
eran nuevecitos,
con flecos de seda
rojos y amarillos.
Borlas y penacho
llevaba el pollino,10
lazos, cascabeles
y otros atavíos.
Y hechos a tijera
con arte prolijo,
en pescuezo y anca15
dibujos muy lindos.
Parece que el dueño,
que es, según me han dicho,
un chalán gitano
de los más ladinos,20
vendió aquella alhaja
a un hombre sencillo;
y añaden que al pobre
le costó un sentido.
Volviendo a su casa,25
mostró a sus vecinos
la famosa compra;
y uno de ellos dijo:
«Veamos, compadre,
si este animalito30
tiene tan buen cuerpo
como buen vestido.»
Empezó a quitarle
todos los aliños,
y bajo la albarda,35
al primer registro,
le hallaron el lomo
asaz malferido,
con seis mataduras
y tres lobanillos,40
amén de dos grietas,
y un tumor antiguo,
que bajo la cincha
estaba escondido.
«Burro (dijo el hombre)45
más que el Burro mismo
soy yo, que me pago
de adornos postizos.»
A fe que este lance
no echaré en olvido,50
pues viene de molde
a un amigo mío,
el cual a buen precio
ha comprado un libro
bien encuadernado,55
que no vale un pito.