FÁBULA LXIV

La Rana y la Gallina

(Al que trabaja algo, puede disimulársele que lo pregone; el que nada hace, debe callar.)

Desde su charco una parlera Rana

oyó cacarear a una Gallina.

«Vaya (le dijo), no creyera, hermana,

que fueras tan incómoda vecina.

Y con toda esa bulla, ¿qué hay de nuevo?»5

—«Nada, sino anunciar que pongo un huevo.»

—«¿Un huevo solo? ¡Y alborotas tanto!»

—«Un huevo solo; sí, señora mía.

¿Te espantas de eso, cuando no me espanto

de oírte cómo graznas noche y día?10

Yo, porque sirvo de algo, lo publico;

tú, que de nada sirves, calla el pico.»