FÁBULA XXVIII
El Asno y su Amo
(Quien escribe para el público, y no escribe bien, no debe fundar su disculpa en el mal gusto del vulgo.)
«Siempre acostumbra hacer el vulgo necio
de lo bueno y lo malo igual aprecio:
yo le doy lo peor, que es lo que alaba.»
De este modo sus yerros disculpaba
un escritor de farsas indecentes;5
y un taimado poeta que lo oía,
le respondió en los términos siguientes:
«Al humilde Jumento
su dueño daba paja, y le decía:
toma, pues que con eso estás contento.10
Díjolo tantas veces, que ya un día
se enfadó el Asno, y replicó: Yo tomo
lo que me quieres dar; pero, hombre injusto,
¿piensas que sólo de la paja gusto?
dame grano, y verás si me lo como.»15
Sepa quien para el público trabaja,
que tal vez a la plebe culpa en vano;
pues si en dándole paja, come paja,
siempre que la dan grano, come grano.