Capítulo
25
Inverness
Transcurrieron dos días.
Pasé la mayor parte del tiempo solo en la habitación de mi hotel,
con el pie en agua fría e investigando sobre las anguilas en mi
ordenador portátil.
Lo que descubrí sobre esos
animales me dejó boquiabierto.
Había ocho especies
conocidas de congrios, y la Anguilla anguilla, la versión europea,
se consideraba la más grande y temible del grupo. Las hembras
podían alcanzar tres metros y pesar más de cien kilos. Al contrario
que las anguilas comunes, la Anguilla podía utilizar las aletas
pectorales para aventurarse en tierra. Sus cuerpos musculosos
estaban rodeados de capas de limo, y sus anchas cabezas contaban
con mandíbulas inferiores protuberantes y dientes largos como
agujas, los cuales, tal como yo podía atestiguar, producían
mordeduras muy dolorosas. Tímida, a menos que la provocaran, la
Anguilla prefería las aguas profundas, oculta en el fondo cenagoso,
lo cual impedía que un sónar la detectara.
Vivía en la oscuridad, y
solo salía a tierra por las noches.
Pero fueron sus hábitos
migratorios los que me dieron que pensar.
Las anguilas que habitaban
el lago Ness maduraban con mucha lentitud, y tardaban quince años o
más en reproducirse. Cuando estaban preparadas, las hembras adultas
abandonaban el lago y viajaban río Ness arriba, protegidas por la
oscuridad, hasta el mar del Norte. Tras abandonar la costa de Gran
Bretaña, las anguilas seguían rastros de olores, y recorrían miles
de kilómetros en dirección oeste, en sentido contrario a las
corrientes, hasta llegar a las aguas más profundas en medio del
Atlántico. Este asombroso viaje provocaba algunos cambios
fisiológicos radicales en los cuerpos de los animales. Tras
descender a más de tres mil metros de profundidad, las serpientes
dejaban repentinamente de comer y empezaban a perder los dientes.
Sus intestinos degeneraban a marchas forzadas, y sus gónadas
alcanzaban un enorme tamaño. Después de llegar por fin a su antigua
zona de reproducción, los adultos desovaban y morían casi de
inmediato. Cada hembra dejaba unos ocho millones de huevos. Los
huevos fertilizados se transformaban en larvas de color claro,
llamadas angulas. Con el tiempo, las jóvenes recorrían la corriente
del Golfo, miles de kilómetros en dirección este hasta llegar a
Europa, y así continuaban el peculiar ciclo vital del congrio. ¿Y
adónde viajaban las anguilas adultas del lago Ness para
desovar?
Al mar de los
Sargazos.
Al no haberse producido
ningún avistamiento del monstruo desde hacía días, y como no había
aparecido nada significativo en los sonares de David, el Consejo de
las Tierras Altas estaba empezando a preocuparse. Habían invertido
un montón de dinero en acordonar la bahía de Urquhart, y todo el
mundo estaba observando y esperando…, y formándose opiniones.
Pese a la muerte de cinco
personas, no existían pruebas reales que las relacionaran con un
monstruo del lago. No se había visto ningún animal y no se habían
recuperado cadáveres, salvo el de Justin Wagner, y corrían rumores
de que sus heridas se habían producido cuando la hélice de la
Zodiac le pasó por encima. Ron Casey se estaba recuperando en el
hospital Raigmore, pero el fotógrafo de la escena del crimen no
recordaba nada del incidente que había desembocado en la muerte de
sus dos amigos y el capitán del barco, y no había dicho en ningún
momento que hubiera visto una bestia marina.
La presión iba en aumento,
y casi toda recaía sobre David Caldwell y mi padre, cuyo juicio iba
a reanudarse dentro de veinticuatro horas.
El teléfono de mi hotel
sonó la víspera de la reanudación del juicio, y me despertó de la
siesta. -¿Hola? -¿Zachary? Maty Tidwell. Acabo de recibir los
resultados del laboratorio.
Me senté en la cama.
- Continúe.
- Dos cosas. En primer
lugar, se encontraron rastros de elementos químicos betabloqueantes
en la sangre de la anguila. -¿Betabloqueantes? ¿Como en los
medicamentos cardíacos?
- Sí. Ingeridos casi
sin lugar a dudas por alimentarse de truchas Ferox, que entran en
contacto con los productos químicos cerca de las zonas
industriales, antes de entrar en el lago Ness. -¿Y las lesiones
cerebrales?
- Fueron causadas por
PCB… Envenenamiento por hidrocarburos. En algún lugar, hay una fuga
de petróleo en el Great Glen.
Club Sniddles,
Drumnadrochit.
True y yo esperamos a que
la camarera dejara nuestras bebidas y se marchara, para continuar
nuestra conversación.
- Bien -insistí-,
¿crees que hay un escape en las tuberías o no?
- Shhh, baja la voz.
Hay un millón de jodidos reporteros husmeando en las Tierras Altas
en estos momentos. -Vació la mitad de su cerveza, y después
eructó-. Solo porque encontraste una anguila con lesiones, no
quiere decir que haya una fuga de petróleo en el lago Ness. Para
empezar, están haciendo análisis de las aguas. En segundo lugar, el
crudo flota, y la gente lo vería. -¿Y si ni siquiera se está
produciendo en el lago Ness? ¿Y si está llegando a través de los
restos de un pasaje submarino que comunica el lago con el mar del
Norte? -¿Qué pasaje? Eso es una teoría.
- Sígueme la
corriente, True. ¿Cuáles son los campos petrolíferos más cercanos
al lago Ness?
- Hay dos, ambos
localizados frente al estuario de Moray. El campo Beatrice se halla
a veinte kilómetros de la costa, en el interior del estuario. Un
campo grande, con tres plataformas. El campo Cialino es más
pequeño, y pertenece ya sabes a quién. Johnny C. lo compró por
cuatro chavos mediante Talisman Energy. -¿Talisman Energy? ¿Por qué
me suena ese nombre?
- Ha salido en las
noticias. Hace unos años, Talisman se vio implicada en una demanda
legal que acusaba a la empresa de colaborar con el gobierno de
Sudán, justo después de que el presidente Bush lo declarara Estado
terrorista. Gobernaban el país extremistas islámicos que utilizaban
los beneficios del petróleo de Talisman para comprar armas…, armas
que utilizaron para cometer genocidio contra la población
cristiana. Se dice que murieron cerca de dos millones de
personas.
- Encantador. No me
extraña que Johnny C. consiguiera semejante ganga.
- Sí.
- En esos campos del
estuario de Moray, ¿qué hacen con el petróleo después de
bombearlo?
- El crudo se
estabiliza, y después se envía mediante tuberías a la terminal de
Nigg Oil para el procesado y exportación. Talisman también era la
propietaria de Nigg, y padeció bastantes problemas.
No hace mucho, la EPA
descubrió escapes en los tubos de la terminal petrolífera que
transporta suministros por mediación de Beatrice. Las tuberías se
están corroyendo. El problema es que las empresas como Talisman y
Cialino cada vez perforan más cerca de la costa. -¿Alguna línea de
abastecimiento va a parar al Great Glen?
- Algunas, pero están
muy controladas. -¿Existe alguna posibilidad de conseguir un plano
que muestre las líneas de distribución enterradas?
- Ummm… Tal vez. Tengo
algunos colegas en Nigg que podrían ayudarnos. Si no, puedo hacer
una excursión hasta mi última plataforma y tomar prestadas algunas
cosas. Ya sabes a qué me refiero.
Sonó el móvil de
True.
- MacDonald. Hola,
cariño. ¡No jodas! Sí, está aquí. De acuerdo, se lo diré.
Colgó.
- Era Brandy. David
Caldwell quiere reunirse contigo ahora mismo, en el castillo de
Urquhart. A solas.
Castillo de Urquhart.
El puente modular gris
metálico se extendía de un lado a otro de la bahía de Urquhart.
Cada una de sus plataformas prefabricadas flotantes medía ocho
metros y medio de largo y cuatro de ancho. Ligero y portátil, había
sido diseñado para soportar el peso de vehículos militares y
comerciales, aunque su uso en el lago Ness se limitaba al tráfico
peatonal.
Un pontón se hallaba a
medio kilómetro de la orilla, y el aguilón de su Shearleg Derrick
de trescientas toneladas de capacidad se alzaba a setenta y cinco
metros de altura. La grúa sostenía una bobina que iba desenrollando
fragmentos de tela metálica de cuatro metros de anchura y
doscientos veinticinco metros de longitud, los cuales pasaban a
través de las ranuras precortadas del módulo. A cada fragmento iba
sujeto un lastre de cinco toneladas de cemento, que servía para
anclar la barrera de acero al fondo.
David Caldwell, con casco
amarillo y gafas de sol reflectantes, se encontraba en la orilla
sur de la bahía, con las ruinas del castillo de Urquhart a la
espalda. La zona estaba vallada para impedir que el público
accediera al puente. Aun así, llegaban oleadas de turistas y
medios, que tomaban fotos del "nuevo habitat de Nessie", y también
de David Caldwell, como si fuera el cazador de monstruos Carl
Denham, dispuesto a capturar a King Kong.
Di mi nombre a un guardia
de seguridad, que me dejó pasar. -¿David?
Indicó que me acercara, con
un ademán.
- David, ¿por qué
llevas casco?
- Hola. Estamos en una
obra.
- La obra está en la
bahía. De lo único que te protegerá ese casco es de las cagadas de
los pájaros.
- Más sarcasmo. ¿Qué
nos ha pasado, Zack? Pensaba que tú y yo formábamos un
equipo.
- Menudo equipo. Mi
cerebro y tu boca.
- Di lo que quieras,
pero funcionaba. Fuimos los primeros en rodar en película a un
calamar gigante. -¿Fuimos? Tú te quedaste con el mérito y me
echaste la culpa de perder un sumergible.
Se volvió hacia mí con
fingida sinceridad.
- Hice mal. Lo
siento.
Hice caso omiso de la mano
que me ofrecía. -¿Qué quieres?
- Brandy me habló de
tu oferta. ¿Aún sigues interesado en acceder a nuestra red de
sónares?
- Continúa.
- No puedo permitirte
el acceso al sistema, pero dejaré que controles la red desde tu
ordenador portátil…, a cambio de que nos digas por qué no podemos
localizar al monstruo.
- Lo quiero por
escrito, autorizado por el preboste Hollifield.
- Lo que quieras.
-Introdujo la mano en el bolsillo de los pantalones y me entregó
una hoja de papel doblada-. Aquí tienes un enlace web que mi
ingeniero acaba de montar para ti. Te conectará a la red.
- Envía por fax el
acuerdo a mi hotel. Entretanto, examinaré el enlace. Si se ajusta a
mis necesidades, te llamaré al móvil y te diré todo lo que
necesitas saber.
- Hazlo pronto. Ese
preboste me está poniendo de los nervios. -¿Qué esperabas? Si te
gastas su dinero, quieren resultados. -¿Resultados? Hace mil
quinientos años que el animal ronda por ahí. ¿Les entran las prisas
así de repente?
- Lo cierto es que se
han dado prisa en montar ese puente. ¿Cuánto han terminado
gastando?
- Cerca de un millón
de dólares, o de libras, no me acuerdo. En cualquier caso, eso y
nada es lo mismo.
Durante los primeros meses,
lo recuperarán solo con el precio de la entrada.
- No iréis a permitir
que la gente vaya ahí.
- Ya lo creo que sí.
Pondremos barandillas protectoras, que separarán a los turistas del
plesiosauro. No habrá peligro.
Le habría podido soltar
toda una parrafada, una conferencia sobre dinosaurios, cronologías
y un habitante de las profundidades que, fuera lo que fuera, no iba
a emerger cada día para complacer a un puñado de seres humanos
provistos de cámaras.
En cambio, sacudí la cabeza
y me fui.
Creo que el lago alberga zeugloclontes, también conocidos como basilosauros, lo cual significa "rey de los reptiles". El basilosauro era un antepasado prehistórico de las ballenas actuales, aunque se parecía más a una serpiente de mar. Medía entre diecisiete y veintidós metros de longitud y era muy estrecho, tenía un cráneo de metro y medio, y un orificio nasal en el morro, y estaba muy extendido por todo el mundo hace entre treinta y siete y cincuenta y tres millones de años. Esas bestias pudieron entrar a nado en el lago Ness en busca de comida cuando había acceso desde el mar.Una ballena larga y delgada está más cerca de las descripciones de los testigos oculares que un plesiosauro.DOCTOR ROY MACKALL, criptozoólogo.