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[Circa 16 de abril de 1894]

16 Tite Street

Mi más querido Muchacho,

Tu telegrama acaba de llegar; ha sido una alegría recibirlo, pero te echo mucho de menos. El jovial, áureo y encantador muchachito se fue —y yo detesto a todos los demás: son tediosos. Además estoy en los purpúreos valles de la desesperación, y no han caído del cielo monedas de oro para alegrarme. Londres es muy peligroso: los escritores salen de noche y escriben, el rugido de los acreedores al alba es aterrador, y los procuradores llenos de rabia muerden a la gente.

¡Cuánto te envidio a ti, bajo la Torre de Giotto, o sentado en la loggia mirando al verde y dorado dios de Cellini! Debes escribir poemas como flores de manzano.

Ha aparecido el Yellow Book. Es obtuso y detestable, un gran fracaso. Estoy muy contento.

Siempre, con mucho amor, tu

Oscar

El primer número de la revista Yellow Book —una de las más atrevidas y estéticamente notables de la época, en cierto modo biblia del decadentismo inglés— apareció el 16 de abril de 1894. Wilde (en muchos aspectos cercano a ese mundo) debió de verlo de inmediato.

Volviendo de Egipto, Alfred Douglas estuvo un mes en Florencia. Wilde acudió a recogerle en mayo. Y allí se encontró —de nuevo— con André Gide, que le escribió a su madre: «¿A quién dirás que encontré aquí? ¡A Oscar Wilde! Está envejecido y feo, pero siempre extraordinario narrador, pienso que un poco como debió de ser Baudelaire, pero quizá menos agudo y más encantador».