4

[Marzo de 1893]

Savoy Hotel, Londres

El más querido de todos los muchachos,

Tu carta era deliciosa, vino rojo y amarillo para mí; pero estoy descontento y triste. Bosie, no debes hacerme escenas. Me matan, destruyen la hermosura de la vida. No puedo verte, tan griego y grácil, desfigurado de furor. No puedo oírte decir, con los labios torcidos, cosas abominables contra mí. Preferiría [ser chantajeado por todos los chulos de Londres] a verte amargo, injusto, odiando. Necesito verte enseguida. Tú eres lo divino que deseo, y lo encantador y bello; pero no sé cómo hacerlo. ¿Debo ir a Salisbury? Mi cuenta aquí es de 49 £ por semana. Tengo también un nuevo apartamento sobre el Támesis. ¿Por qué no estás aquí, mi querido, mi hermoso muchacho? Temo tener que dejar esto; sin dinero, sin crédito, y con el corazón de plomo. Tuyo,

Oscar

Esta carta fue también leída durante los procesos como prueba contra Wilde. Sin embargo se omitió (no sabemos si por excesivamente cruda u oscura, pues lleva el término argótico renter) la frase que va entre corchetes; pero que el propio Wilde citó textualmente al referirse a esta carta en el De Profundis (pág. 86, en la traducción de José Emilio Pacheco. Muchnik Editores, Barcelona, 1975).

A su vuelta de Babbacombe Wilde alquiló habitaciones en el Hotel Savoy, donde estuvo todo el mes de marzo.