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[Circa 9 de noviembre de 1894]

Albemarle Club

Mi queridísimo Muchacho,

He estado muy solitario sin ti, y preocupado por asuntos de dinero. Hoy ya está algo dorado, pero la lluvia goteó monótona todos los demás días.

Fui a ver la obra de Haddon Chambers: no era mala, pero, ay, ¡tan mal escrita! Las reverencias y saludos de las órdenes inferiores que atestaban las butacas fueron tan fríos, que me sentí en la obligación de sentarme en el Palco Real con los Ribblesdale, el matrimonio Harry White y el Secretario del Interior: esto exasperó a los miserables. ¡Qué extraño vivir en un país donde la adoración de la belleza y la pasión del amor se consideran infames! Odio Inglaterra: únicamente me es soportable porque estás tú en ella.

Ayer noche cené en el Willis’s: respetuosamente me preguntaron por «Lord Douglas».

Siempre tuyo

Oscar

Evidentemente calificar al día de «dorado» (golden,) por «luminoso», es un leve juego de palabras con «dinero» (money). Esto es, el día está mejor, y los asuntos monetarios también.

La carta relata muy bien el estado de la opinión pública sobre Wilde. Los burgueses del estreno, a los que Oscar califica de lower orders —algo así como órdenes o estamentos inferiores— le saludan fríamente por desaprobar (según la siguiente y hermosa frase) su sospechada conducta moral.

Lord Ribblesdale (1854-1925) fue un político de la época, al que retrató Sargent. Sir Henry White (1849-1922) era miembro del Consejo Privado de la Reina. Y el Secretario del Interior era Herbert Henry Asquith (1852-1928), que llegaría a ser Primer Ministro en 1908, y Conde de Oxford en 1925. Su segunda mujer, Margot Tennant (1864-1945), con la que se había casado en 1894, era amiga de Wilde. A ella dedicó el cuento «The Star-Child» (El niño-estrella) en el libro A House of Pomegranates (Una casa de granadas), editado en noviembre de 1891.