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Jueves, 7.30 [? 31 de agosto de 1897]
Café Suisse, Dieppe
Mi amado Muchacho,
Recibí tu telegrama hace media hora, y te mando ya unas líneas para decirte que sé que mi sola esperanza de volver a hacer una hermosa labor en arte es estar contigo. No ocurría así en los viejos días, pero ahora es distinto, y puedes ciertamente recrear en mí esa energía y sentido del júbilo de los que el arte depende. Están todos furiosos conmigo porque he vuelto a ti, pero no nos comprenden. Sé que sólo contigo podré hacer algo. Rehaz para mí mi vida arruinada, y nuestra amistad y amor tendrán así un significado diferente para el mundo.
Hubiera deseado que al encontrarnos en Rouen, no hubiéramos vuelto a separarnos. Hay ahora anchos abismos de espacio y tierra entre nosotros. Pero nos amamos mutuamente. Buenas noches, querido.
Siempre tuyo,
Oscar
El primer reencuentro entre Wilde y Douglas ocurrió en Rouen, el 28 o 29 de agosto. Estuvieron casi dos días juntos y volvieron a separarse. Douglas escribió en su Autobiografía: «El pobre Oscar lloró cuando nos encontramos en la estación. Anduvimos todo el día juntos del brazo o de la mano, y fue perfectamente feliz».
A mediados de septiembre, pasando brevemente por París, Oscar fue a Nápoles a reunirse con Douglas nueva y más duraderamente.
Ésta es la última carta entre ambos que se conserva.