80 El discurso de Rajoy fue impecable en el fondo y en la forma. Defendió, con argumentos jurídicamente contundentes, por qué el Partido Popular iba a rechazar la toma en consideración. Rajoy confiaba en esta materia tan trascendental para España en el promotor del Acuerdo por las Libertades y Contra el Terrorismo, es decir, Zapatero, sin saber que en aquellos momentos este ya maniobraba en la oscuridad, con absoluta deslealtad, para llegar a un acuerdo con ETA, con la vana creencia de que, con su clarividencia y una buena dosis de buenismo claudicante, podría conseguir la disolución de la banda terrorista.