25 Tras la muerte de Lamari un tal Abdelkrim Benesmail, al que el CNI consideraba su lugarteniente, recogió el testigo de su supuesto jefe. De nacionalidad argelina, en abril de 1997 fue detenido en Valencia acusado de pertenecer al grupo terrorista argelino GIA, junto a Allekema Lamari, emir de la célula del 11-M, con quien a pesar de estar en prisión mantenía contacto permanente. Estuvo cuatro años en la cárcel de Ocaña 1, donde trabó amistad íntima con Valentín Lasarte, asesino de Gregorio Ordóñez, y otros pistoleros de ETA como Fernando Elejalde. En julio de 2001 fue trasladado a la prisión asturiana de Villabona, donde se hizo amigo de los etarras encarcelados en dicha prisión como Juan María Igarataundi y el miembro de Jarrai José Luis Camarero. Este último dejó testimonio escrito de la admiración que el radicalismo islamista le provocaba. Benesmail coincidió en la cárcel con Antonio Toro cuando este, en el año 2001, ofrecía dinamita a diestro y siniestro. Se dice de él que era el lugarteniente de Lamari porque este, tras recobrar su libertad, le enviaba con frecuencia giros postales, el último unos días antes del 11-M. El CNI estableció contacto con Benesmail a través de su colaborador Fernando Huarte, destacado militante socialista de Gijón y presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, relación que se mantuvo antes y después del 11-M, hasta que fue «detenido» el 24 de octubre de 2004 en su celda de Villabona, acusado por el juez Garzón de planear la voladura de la Audiencia Nacional en el marco de la operación Nova, el gran éxito de su lucha contra el terrorismo islamista, que exhibió el juez que veía amanecer antes de irse de España a hacer las Américas, algo que a su regreso le costaría serios disgustos. En el momento de su detención, Benesmail tenía en su poder la fórmula utilizada por ETA para la fabricación de cloratita, la dirección de los centros penitenciarios en los que cumplían condena cuatro de los más peligrosos asesinos de la banda etarra, Henri Parot, Harriet Iragui, Jorge García Certucha —implicado en el intento de asesinato del rey don Juan Carlos— y Fernando Iracula Albizu, así como varios ejemplares del periódico abertzale Gara. Como en todo lo que hacía referencia a ETA, el Ministerio del Interior negó que Benesmail estuviera en posesión de la fórmula de la cloratita. Sin embargo, en el juicio contra él y treinta personas más que tuvo lugar en 2007, el fiscal basó su acusación, entre otras cosas, en la tenencia de la fórmula para fabricar cloratita, el explosivo casero habitual de ETA. En febrero de 2008, la Audiencia Nacional condenó a Benesmail a 10 años de cárcel. Pero quedaba el Supremo, que dictó su última palabra en octubre de 2008. De los 20 condenados por la Audiencia Nacional 14 resultaron absueltos, entre ellos el propio Benesmail. Al líder de la célula Abderraman Tahiri, que la Audiencia Nacional había condenado a 14 años de prisión, se le rebajó la pena a 2. Lo de la voladura del edificio del tribunal más odiado por los terroristas no fue otra cosa que un pecado de pensamiento magnificado por el juez Garzón, cuyos sumarios no se caracterizaban precisamente por la excelencia.