MASCULINIDAD DESNATURALIZADA
Para terminar mi taxonomía de masculinidades femeninas quiero reseñar una categoría que a menudo desaparece mezclada con las otras categorías que he descrito. La masculinidad desnaturalizada se emplea en el realismo butch y en la imitación del hombre, pero se diferencia del realismo butch en su sentido de lo teatral y de lo hiperbólico, y se diferencia de la imitación del hombre al proponer modos alternativos de masculinidad. En la figura 34 vemos a Dred, que ganó el consurso de 1996 del Hershe Bar, elaborando un tributo al macho blaxploitation[372] con un toque butch. Dred es un drag king interesante, porque juega con el límite entre muy diferentes versiones del teatro drag king. Por una parte, aparece en los bares de los concursos ofreciendo una imitación perfecta de Superfly; y, por otra parte, también actúa en las performances teatrales de la escena drag king con un papel mucho más camp, en el que se metamorfosea de Superfly a Foxy Brown[373]. En muchas ocasiones actúa con otro drag king, Shon, como parte del dúo de rap Run DMC. Dred representa la fluidez de los límites entre las distintas performances drag king. La incluyo en este apartado de masculinidad desnaturalizada porque en sus actuaciones combina apropiación, crítica y masculinidad alternativa.

Figura 34. Masculinidad desnaturalizada. Dred, por Betsey Gallagher (1996). Foto cortesía de la artista.
En muchos aspectos, la masculinidad desnaturalizada produce la más lograda de las performances drag king. En la actuación de Julie Wheeler como Tony Las Vegas, el maestro de ceremonias del concurso drag king llevaba el pelo engominado y vestía un traje. Durante todo el concurso, Tony se metía con el público y contaba chistes de mal gusto, y en el espectáculo al que yo asistí se puso muy cerca de un drag king que iba claramente de femme falsa, y empezó a susurrarle al oído y a preguntarle qué tenía debajo del vestido. De vez en cuando le decía al público cosas como «enséñanos las tetas» y, por lo general, montaba un espectáculo de masculinidad babosa y misógina. Mientras que el Taller Drag King imita la virilidad sin parodiarla necesariamente, Tony hace de la parodia del hombre el centro de su actuación y encuentra la manera exacta de mostrar cómo aparece casi siempre la performance de la masculinidad de los hombres: como sexismo y misoginia. El drag king demuestra, por medio de su propia masculinidad y por medio de la puesta en escena de la masculinidad, que no existe ningún vínculo esencial entre la misoginia y la masculinidad; más bien la masculinidad parece ligada estructuralmente a la misoginia en el contexto del patriarcado y del privilegio de los hombres. Para las mujeres masculinas que no pueden acceder al privilegio de los hombres, las recompensas de la misoginia son escasas, de modo que es más probable que interpreten su masculinidad sin misoginia. Pero el sexismo se puede utilizar bien para el teatro, y mostrar el sexismo, como lo hacen los drag kings, como la base del realismo masculino sirve para desenmascarar los presupuestos ideológicos de la no performatividad del hombre.
Mientras que los concursos drag king son el escenario perfecto para la desnaturalización de la masculinidad, están apareciendo en la cultura popular algunos ataques al género natural y a la redundancia del binarismo naturaleza-cultura. Podemos ver un gran ejemplo de identificación desnaturalizada de forma cómica en la película Babe, de 1995. Esta película narra la historia de un cerdito que quiere ser un perro pastor, en parte porque se da cuenta de que en la granja los cerdos se comen, y los perros no, y en parte porque sus principales contactos e identificaciones son con perros. Babe muestra el triunfo de la función sobre la forma cuando el cerdo, Babe, demuestra ser mejor pastor que un perro pastor. El éxito de la actuación de Babe como perro se basa en que asume el rol «perro» con una diferencia. Babe no solamente imita al perro pastor jefe, o intenta parecer un perro; se apropia de lo perruno, aprende las funciones del perro y las interpreta. Mientras que el perro pastor jefe asume su superioridad sobre las ovejas, Babe rechaza construir una nueva jerarquía o preservar las jerarquías naturales. En lugar de eso, demuestra su deseo y su habilidad para el pastoreo y muestra el debido respeto por las ovejas, y sobre todo disfruta de su naturaleza perruna. Esta película se dedica a desvincular de forma cómica lo perruno de los perros y sugiere que la lógica de lo no natural permite que los cerdos sean ovejas, e incluso, en un emocionante subargumento, permite que los patos sean gallos.