CONCLUSIÓN
En definitiva, la stone butch representa un modo de masculinidad femenina que ha sido categorizado como ininterpretable. Para muchas historiadoras feministas, la stone buch encarna los excesos e incluso las limitaciones de una cultura lesbiana de uso de roles, y se queda instalada en una forma de falsa conciencia sobre sus «verdaderos» deseos lesbianos. Sin embargo, la stone butch es tan interpretable como cualquier otro conjunto de prácticas sexuales si tenemos un modelo funcional de masculinidad femenina. La stone butch rechaza, en cierto modo, sublimar su masculinidad y canalizarla por medio de cualquiera de las formas convencionales de feminidad.
En conclusión, el discurso sexual que hemos establecido es enormemente inadecuado cuando se trata de dar cuenta de las muchas prácticas que van más allá del ámbito de la normatividad hetero u homo. El desarrollo de un nuevo vocabulario sexual y de un discurso sexual radical está dándose ya en las comunidades transgénero, en las subculturas sexuales, en los clubs, en fanzines, en espacios queer, por todas partes. La masculinidad femenina dentro del discurso sexual queer permite introducir una distorsión en las conexiones directas entre género y anatomía, sexualidad e identidad, práctica sexual y performatividad. Revela una variedad de géneros queer, como la stone butch, que desafían totalmente la estabilidad y la precisión de los sistemas binarios de sexo y género. Dado que tendemos a considerar los géneros inconformistas como patología, es fácil entender por qué la stone butch es interpretada simplemente como un síntoma de disfunción sexual y de disforia de género; de hecho, la stone butch significa disfunción y disforia, pero, tal y como he explicado aquí, la disfunción y la disforia en realidad se han convertido en una parte y en un ámbito de esta complicada y totalmente actualizada identidad sexual. Ello no quiere decir que la stone butch permanezca vinculada para siempre a la pérdida, la disimetría y la enfermedad, pero estas etiquetas del trauma y de la melancolía la envuelven y la marcan, y, después de todo, también las stone butches se deprimen.