FEMME FALSA

El realismo butch se opone claramente a las performances de los drag kings femme. Éstas pueden ser calificarse como performances de «femme falsa» y se parecen más a los espectáculos de las drag queens, no sólo porque la diferencia entre sexo biológico y género es la base de su actuación de género, sino porque la ironía y lo camp dan sabor a la performance. En la foto 32, Gallagher capta los elementos del aspecto de la femme falsa, tal y como los cultiva Chico Soda, un actor de Nueva York que usa la escena drag king como parte de sus actuaciones. Podemos ver en la fotografía que el «disfraz» de las cejas gruesas y la perilla está deliberadamente exagerado, y la pose de Chico Soda es intencionada, muy teatral y casi paródica, no como el naturalismo de la foto anterior. Otra femme falsa que ha despertado mucha atención en Nueva York es Buster Hymen. Hymen es una actriz que canta y baila, y a veces se desnuda en plena actuación y se transforma en una gatita de burdel. Está claro que la performance se centra en la transformación, y recoge la idea, expresada por Newton, de que «la apariencia es una ilusión»[360]. Pocas veces los hombres drag crean un efecto dramático quitándose la peluca o bajando su voz una o dos escalas. En cambio, la femme falsa a menudo descubre su pecho para mostrar sus senos o desgarra su vestido en una parodia del clásico striptease.

Figura 32. Femme falsa. Chico Soda, por Betsey Gallagher (1996). Foto cortesía de la artista.

En cada concurso drag king suelen aparecer una o dos femmes falsas, y sus performances a menudo tratan más sobre la consolidación de la feminidad que sobre el cuestionamiento de la masculinidad dominante. La femme falsa, en realidad, se viste de butch o de hombre sólo para mostrar que su feminidad satura completamente su performance: ella interpreta el fracaso de su propia masculinidad por medio de un espectáculo convincente. Estas performances suelen ser mucho más performativas que el realismo butch, pero probablemente sean menos interesantes, por las siguientes razones: primero, la femme drag king no ha alterado realmente la estructura del drag tal y como aparece en los contextos de hombres gays, como algo camp; segundo, la femme falsa propone una confirmación de que la masculinidad femenina es sólo una actuación, algo que no se lleva a la vida cotidiana. Muchas drag kings femme hablan del poder que sienten al acceder a la masculinidad por medio de una actuación drag, pero al final vuelven a reafirmar que se sienten cómodas en su feminidad. En última instancia, como dice Buster Hymen, los drag kings femme suelen utilizar lo drag como una forma de «caminar en los dos lados de la valla del género»[361], lo que tiende a reafirmar una definición de género binaria estable. Hay que destacar que los drag kings que han conseguido mayor publicidad suelen ser las femmes falsas[362]. Incluso algunos escritores gays que conocen las tácticas de subversión de género de los drag suelen identificar a todos los drag kings con los drag kings femme. Michael Musto, en un artículo sobre los drag kings publicado en el New York Post, termina su texto tranquilizando a sus lectores heteros: señala que a un drag king con mucho aspecto de butch, como Mo B. Dick, «resulta que le gusta el lápiz de labios tanto como a cualquier chica»[363].