Los carabinieri les interrogaron repetidamente sobre los sucesos ocurridos en Isola la Vacca y ellos contaron la misma historia cada vez que se lo pidieron.

Les prohibieron abandonar Cerdeña hasta aclararlo todo.

Así mismo, ellos también averiguaron los pocos flecos sueltos que les quedaban por saber.

Rebeca, cuyo auténtico nombre era María Cardona sufrió un fuerte colapso nervioso tras llegar a su casa la noche del domingo de ramos de hace quince años y se encontró a su hermano Ramón colgado de una soga enganchada del techo de la casa familiar.

Un duro golpe para una niña. En aquella época no tenía más de trece años.

La tuvieron que internar en un centro psiquiátrico, donde estuvo recluida hasta tan sólo un mes antes de conocer a Ernesto.

Por lo visto pasó toda esa temporada con una única obsesión: acabar con los responsables del suicidio de su hermano.

Cuando salió del psiquiátrico fue en busca de su otro hermano, Antonio, un pobre desgraciado enganchado a todo tipo de drogas.

No le costó mucho convencerle. Antonio mismo estaba al borde del suicidio y la reciente aparición de su hermana le dio un nuevo motivo para vivir.

 Entre los dos localizaron a los seis artífices de la broma que acabó con Ramón y no tardaron en completar su plan de venganza.

El romance con Ernesto no fue más que una simple artimaña para tener controlado al que María consideraba el principal culpable de todo.

La muerte de Carlos Fuentes fue tan sólo un daño colateral, igual que las de Rafael, Arturo y el pequeño Santiago.

María (Rebeca) improvisó cuando Ernesto desechó la idea de asistir a la reunión y desgraciadamente para el pobre Carlos lo único que se le ocurrió fue romper con él alegando que tenía como amante a su mejor amigo.

El plan le salió a la perfección.

Lo único con lo que no contaba era que Carlos cogería un avión y se presentaría en Italia. María lo encontró en el puerto y consiguió detenerlo justo antes de que alcanzara a Ernesto. Por lo visto quería aclararle que él nunca había tenido sexo con su novia.

Antonio lo dejó inconsciente y lo cargó en la lancha que tenían preparada para ir hasta la isla.

Todo volvía a estar controlado, hasta que Carlos escapó tras desembarcar en una pequeña cala, algo alejada del embarcadero y que era perfecta para ocultar la lancha.

Antonio lo persiguió y no logró atraparlo hasta que llegó a la casa y llamara a la puerta.

Lo destrozó. Le golpeó con una barra de hierro por todo el cuerpo y lo dejó abandonado dándolo por muerto. Cuando se iba, se le ocurrió lo de la fotografía y cogiendo una foto de su hermano que llevaba siempre en la cartera escribió un mensaje en el reverso y la introdujo en el bolsillo de Carlos. Sería divertido si lo encontraban.

Y precisamente eso fue lo que les salvó la vida. Pues Carlos recuperó la conciencia y arrastrándose regresó hasta la casa. Con su estado fue todo un milagro que consiguiera llegar.

La fotografía eliminó el factor sorpresa del plan de María.

Carlos no sólo no era un vil traidor que se follaba a su novia, sino que les había prevenido del peligro, salvándolos.

Una semana después de volver a Cerdeña, los carabinieri dieron por concluida la investigación y se les permitió salir libremente del país.

Rodolfo estuvo ingresado en el hospital durante cinco días, pero como bien había explicado Ernesto, la herida era limpia y su estancia fue más de observación que de recuperación.

Ernesto volvió a Mallorca y poco a poco las cosas fueron cobrando la normalidad.

Marta y Rodolfo le acompañaron. Ahora viven todos juntos, esforzándose en conformar una familia feliz.