Agradecimientos
Estoy en deuda con las siguientes personas, todas ellas expertas en sus respectivos campos, quienes con extraordinaria amabilidad y paciencia leyeron distintas partes de este libro y corrigieron los errores. Cualquier error que pueda haberse deslizado, no obstante, es atribuible únicamente a mí.
El doctor J. H. Bettey, Universidad de Bristol; el señor Desmond Bonney, Comisión Real de los Monumentos Históricos de Inglaterra; la señorita Alison Borthwick, antigua colaboradora de la Sección Arqueológica, Biblioteca Municipal y Servicios del Museo del Condado de Wiltshire; el doctor John Chandler, secretario de Estudios Locales, Biblioteca Municipal y Servicios del Museo del Condado de Wiltshire; la señorita Suzanne Edward, bibliotecaria y conservadora de los Documentos de Título de la catedral de Salisbury; el señor David A. Hinton, Universidad de Southampton; el doctor T. B. James, Instituto de Estudios Superiores de King Alfred’s College, Winchester; el señor K. H. Rogers, archivero municipal y secretario de los Archivos Diocesanos, Concejo del Condado de Wiltshire; el señor Roy Spring, administrador de las Obras, catedral de Salisbury.
Asimismo deseo expresar mi gratitud a las siguientes personas, quienes me ofrecieron su asesoramiento y consejos de variada manera:
El reverendísimo John Austin Baker, obispo de Salisbury; el muy reverendo doctor Sydney Evans, deán emérito de Salisbury; el señor David Algar; la señorita S. A. Cross, antigua colaboradora del Museo de la Sociedad de Arqueología e Historia Natural de Wiltshire; la señora Elizabeth Godfrey; sir Westrow Hulse, baronet; la señora Alison Campbell Jensen; el doctor R H. Robinson, conservador, Museo de la Sociedad de Arqueología e Historia Natural de Wiltshire; el señor Peter R. Saunders, conservador, Museo de Salisbury y Wiltshire del Sur; el señor y la señora H. S. Taylor-Young; la señora Jane Walford.
Vaya también mi agradecimiento al director de la Biblioteca Municipal y Servicios del Museo del Condado de Wiltshire por haberme permitido convertir su biblioteca en mi segundo hogar durante más de tres años, y al personal de la Biblioteca de Salisbury por su valiosa ayuda.
No puedo expresar en grado suficiente mi profunda gratitud a la señora Margaret Hunter y al personal de los Saxon Office Services, Shaftesbury, por su impagable ayuda y buen humor a la hora de pasar a máquina el manuscrito con sus constantes alteraciones.
Me considero asimismo muy afortunado por haber hallado a un agente, Gill Coleridge de Anthony Sheil Associates y dos editoras, Rosie Cheetham de Century Hutchinson y Betty Prashker de Crown Publishers, quienes desde un principio depositaron su fe en este proyecto y me procuraron un apoyo y aliento constantes.
Estoy profundamente agradecido a mi esposa Susan, a mi madre y a la honorable Diana Makgill por su respectiva paciencia, ayuda infatigable y hospitalidad.
Por último, pero no menos importante, estoy en deuda con el doctor John Chandler, cuyo libro, Endless Street, me abrió las puertas de la historia de Salisbury y vino a ser mi fiel compañero. El doctor Chandler me ha guiado a lo largo de tres años, con infinita paciencia y cortesía, hacia mi meta, y sin su amable ayuda y sus acertados consejos no habría podido escribir este libro.