Cuando alcanzas el punto óptimo que se encuentra en el límite de tu habilidad y llegas más allá, estás formando y fortaleciendo nuevas conexiones en el cerebro. Así, los errores no son errores, sino información que usas para crear los vínculos adecuados. Cuanta más atención prestes a los errores y los soluciones en mayor medida, más conexiones adecuadas estarás creando en tu cerebro. Visualizar ese proceso te ayuda a reinterpretar los errores y a valorarlos por lo que en realidad son: herramientas para construir una habilidad.