ARISTEAS DE PROCONESO, «ARIMASPEAS»
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Aristeas, hijo de Caustrobio, natural de Proconeso, autor de un poema épico, dijo que, poseído por Apolo, llegó junto a los isedones, y que más allá de los isedones vivían los arimaspos, hombres de un solo ojo, más allá de ellos, los grifos guardianes del oro y más allá, lindando con la mar, los hiperbóreos. Excepto los hiperbóreos, todos ellos, una vez que comenzaron los arimaspos, estaban continuamente en guerra contra los vecinos; y los isedones habían sido expulsados de su región por los arimaspos y los escitas por los isedones. Los cimerios, que habitaban junto al mar del Sur, presionados por los escitas, abandonaron la región.
HERÓDOTO, IV 13
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Pues ni siquiera Aristeas, del que poco antes hice mención, dijo en el poema que compuso que él mismo hubiese llegado más allá de los isedones, sino que contó lo de las regiones de más allá de oídas, declarando que fueron los isedones los que le contaron estas cosas.
HERÓDOTO, IV 16
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También Ferenico habla acerca de los hiperbóreos, así como también Zenótemis e igualmente también Aristeas. Aristeas, el sabio, del cual precisamente encontré yo mismo unos pocos versos (…). Aristeas dice en las Arimaspeas:
los isedos[13] que se ufanan de su larga cabellera.
Y dicen que los hombres que colindan con ellos por arriba, hacia el norte, son numerosos y muy bravos guerreros, ricos en corceles, sobrados de corderos, sobrados de bueyes[14].
Un solo ojo tiene cada uno en su graciosa frente, frondosos son sus cabellos, los más robustos de todos los hombres.
TZETZES, Quilíadas VII 676-9, 686-92
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Aristeas de Proconeso dice en su poema que los grifos esos combaten por el oro con los arimaspos, los que habitan más allá de los isedones, y que el oro que guardan los grifos lo produce la tierra. Asimismo, que los arimaspos son todos hombres de un solo ojo de nacimiento, y los grifos, fieras parecidas a los leones, pero que tienen alas y pico de águila. Baste lo dicho acerca de los grifos.
PAUSANIAS, I 24, 6
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El autor de las Arimaspeas considera terribles estas cosas:
Admirable cosa esta para nosotros, cosa grande para nuestras mentes. Unos hombres viven en el agua, lejos de tierra, en alta mar. Son desdichados, pues sutren terribles trabajos. Sus ojos, en las estrellas, pero su vida la tienen en el mar. Sin duda que muchas veces, tendiendo sus manos a los dioses, les suplican, con sus entrañas penosamente agitadas.
LONGINO, De lo sublime X 4
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Aristeas de Proconeso, pues también él hace mención de los hiperbóreos, estaba seguramente más informado acerca de ellos gracias a los isedones, junto a los que afirma en su poema haber llegado.
PAUSANIAS, V 7, 9
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Quizá también los Cíclopes de un solo ojo los transfirió de una historia escita. Pues dicen que son así los arimaspos, que Aristeas de Proconeso dio a conocer en su poema las Arimaspeas.
ESTRABÓN, 21
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Junto a ellos, que se encuentran mirando al norte, no lejos del propio punto de partida del Aquilón y de la caverna que se llama suya, lugar al que denominan Ges clithrorn se nos habla de los arimaspos, a los que ya citamos, destacables por su único ojo en el centro de la frente. Se encuentran continuamente en guerra por los metales con los grifos, una clase alada de fieras cuya apariencia es bien conocida, que sacan oro de sus galerías con admirable avaricia, las fieras, por custodiarlo, y los arimaspeos, por robarlo. Muchos, pero especialmente importantes Heródoto y Aristeas de Proconeso, escriben acerca de ello.
PLINIO, Historia Natural VII 10