Agradecimientos

 

 

 

Son muchísimos, la verdad, pero el primero de ellos va dirigido a mi pedacito de cielo, al amor de mi vida y a quien amo por sobretodas las cosas, mi hija Celeste.  Gracias por ser quien eres, gracias por creer en mí y gracias, infinitamente, por quererme tanto y alumbrar mi camino con tu maravillosa y radiante luz. 

A mis padres por ser mi bastón de apoyo.  ¡Los amo!

A mi familia por estar siempre en la buenas y en las malas junto a mí.  Pero en especial a Rosita, a quien adoro con mi alma.  Creo que ya lo sabes, ¿verdad?

A Maylee, gracias por ser mi incondicional, por ser mi aguante y muchísimas veces mi conciencia.  ¡Te quiero, bella!  Y sabes de sobra que, donde quiera que tú vayas, ahí estaré, siempre.

A Sandra, gracias por nuestras conversaciones, por tus consejos, por tus risas, a veces por tus regaños y, de corazón, gracias por tu cariño sincero.  ¡Te espero en Chile, hermosa!

A Karly, Alexa y Rubi, por dejarme ser parte de sus vidas y haberme brindado la increíble oportunidad de conocerlas y quererlas tanto.

A cada una de mis amigas(os) lectoras(es) por su afecto y apoyo constante, ya sea con una sonrisa, con un gesto, con una palabra de aliento y hasta con un abrazo.  ¡De corazón, muchísimas gracias por ser parte de mi vida!

A mis compañeras(os) escritores que son ¡la bomba!  Gracias por su amistad, por su empuje, por su apoyo y su cariño sincero.

Y en especial, agradezco a quienes el destino me ha otorgado el privilegio de conocer.  Gracias por tolerarme, por reír y llorar junto conmigo, por confiar en mí y en cada uno de mis sueños, por brindarme su tiempo, su dedicación y, sobretodo, por transitar este arduo andar junto conmigo y hacerme feliz cada día de mi vida.

 

A todos, y a cada uno de ustedes,

se les quiere muchísimo.

 

 

Andrea Valenzuela Araya