XI Premio Alfaguara de Novela 2008
El 25 de febrero de 2008, en Madrid, un jurado presidido por Sergio Ramírez, e integrado por Ángeles González-Sinde, Juan González (con voz pero sin voto), Ray Loriga, Guillermo Martínez y Jorge Volpi otorgó el XI Premio Alfaguara de Novela a Chiquita, de Antonio Orlando Rodríguez.
Acta del Jurado
El Jurado del XI Premio Alfaguara de Novela 2008, después de una deliberación en la que tuvo que pronunciarse sobre siete novelas seleccionadas entre las quinientas once presentadas, decidió otorgar por mayoría el XI Premio Alfaguara de Novela 2008, dotado con ciento setenta y cinco mil dólares, a la novela titulada Chiquita, presentada bajo el seudónimo Lemuel Gulliver, cuyo título y autor, una vez abierta la plica, resultó ser Chiquita de Antonio Orlando Rodríguez.
El Jurado consideró que Chiquita «es una novela a la vez elegante y llena de vida, con una notable gracia narrativa y una imaginación sin descanso, que despliega, como una inmensa partitura de ejecución precisa, la época y la vida de un personaje extraordinario, la liliputiense cubana Espiridiona Cenda, bailarina y cantante de los teatros de variedades de principios del siglo XX, llamada en su vida artística «la muñeca viviente». La novela, concebida como una autobiografía dictada en la vejez a un periodista que trata de cotejar verdad y exageración de cada peripecia, avanza desde la infancia de Chiquita en la Cuba del esclavismo y la colonia a su salto, en la primera juventud, a los escenarios más importantes de Estados Unidos y Europa, con el trasfondo a la distancia de la guerra de los mambises por la independencia y las intrigas diplomáticas que envuelven a la protagonista. Por detrás del afán de Chiquita en retratarse como una gran estrella siempre brillante, se deslizan de a poco las sombras de la decadencia, los desengaños amorosos, la lenta relegación a las ferias de freaks, y el drama íntimo de una artista que no quiere resignarse a ser exhibida como un mero fenómeno de circo. Una novela ambiciosa que reconstruye la época de máximo esplendor de los teatros de variedades, y logra traer otra vez a la vida, en todo su genio, su crueldad y su encanto, a un personaje inolvidable».