06. El origen de las chapas y el abrebotellas
En la última década del siglo XIX las bebidas carbonatadas irrumpían con fuerza en los comercios de muchas ciudades de Norteamérica. Para poder comercializarlas se buscaron diferentes fórmulas que cerrasen herméticamente las botellas sin que éstas perdieran el gas que contenía la bebida.
El emergente mercado hizo que las oficinas de patentes recibieran más de un millar de prototipos de diferentes tipos de cierres y tapones, pero el que se llevó el favor de los industriales fue el de William Painter, un prolífico inventor de origen irlandés afincado en Baltimore, que encontró la solución, diseñando y patentando, el 2 de febrero de 1892, un tipo de tapón que resistía el potente gas contenido en cada botella y que era fácil de colocar gracias a una máquina industrial también inventada por él.
Pero poco después se encontraron con el problema de que muchos compradores (sobre todo de las zonas rurales) no tenían ni idea de cómo abrir las botellas, utilizando todo tipo de utensilios para ellos y rompiendo en multitud de ocasiones el cuello de la botella. Otro efervescente mercado se acababa de crear, el de los abrebotellas. Y también sería el propio William Painter quien inventó y patentó, el 6 de febrero de 1894, el utensilio que ayudaba a abrir las botellas con tapón corona, también conocida como chapa.