28. ¿Cuál es el origen de la expresión «dar calabazas» a alguien?
Es muy común ver ilustraciones en las que el mal estudiante recibe una calabaza como recompensa a un suspenso en un examen. A éste se le representaba con una calabaza (famosas son las historietas de Zipi y Zape dibujadas por el gran Escobar en las que estos recibían este resultado académico tan poco ortodoxo).
La calabaza también tiene un significado negativo en otros contextos; porque si hay una calabaza famosa, ésta es la Ruperta, mascota del concurso «Un, dos, tres… Responda otra vez», uno de los más famosos de la historia de la televisión en España. Era temida por los concursantes, ya que conseguirla representaba marcharse a casa sin ningún regalo.
También es famosa la expresión cuando alguien es rechazado sentimentalmente.
La connotación negativa de la calabaza podemos encontrarla ya en la Antigua Grecia, donde la calabaza era considerada como antiafrodisíaca y era dada para bajar o anular la libido y así evitar los escarceos amorosos.
En la Edad Media se recomendó el uso de las pipas de calabaza durante el tiempo de las oraciones como modo de alejar todos los pensamientos lascivos e impuros, algo que ayudaba a cumplir los votos de castidad.
Con los años la calabaza fue tomando dos connotaciones, y como bien explica el Diccionario de la RAE, la expresión dar calabazas a alguien significa «reprobarlo en un examen» o «desairarlo o rechazarlo cuando requiere de amores».
Antiguamente, en algunas zonas rurales de Cataluña, cuando el pretendiente no era del lugar, se le invitaba a comer a casa de la chica. Si le ofrecían fuego para el cigarrillo, significaba que la familia aceptaba el noviazgo; si se le servía un plato de calabaza, quería decir que el mozo no era bien recibido y se tenía que marchar.
Por cierto, nada tiene que ver la expresión y su origen con la calabaza como representación de Hallowen, ya que ésta viene de una antigua leyenda de origen celta en la que explica la historia de Jack el tacaño y como, tras engañar varias veces al Diablo, finalmente fue desterrado del infierno, condenado a vagar toda la eternidad. Para ello se alumbraba con una linterna hecha con una calabaza denominada jack-o’-lantern [la linterna de Jack].