15. «Matar el gusanillo»
Hoy en día, cuando nos referimos a matar el gusanillo lo hacemos para comer alguna cosa entre horas que nos quite el apetito. Pero antiguamente estaban convencidos que en nuestro interior habitaba un gusano que nos chupaba la sangre y, que según esa creencia, se comía todo aquel alimento que teníamos en el estómago. De ahí que se aconsejase tomar una copa de aguardiente en ayunas, lo cual haría que el gusanillo que correteaba por nuestras entrañas se adormeciese.