XXIII

El Alto Ejecutor, Judas Tadeo Herbarius, entró en la

Biblioteca y se dirigió al atril en el que se encontraba Tomás

Reynolds, situándose junto a él y mirando el códice como sin prestarle atención.

-¿Qué ocurre Tomás?

-Amadeo… Ha llamado. Su voz no sonaba nada bien.

-Hum… Espero que no haya ocurrido nada grave... ¿Habéis quedado?

-En cuanto podamos ir.

-Bien… ¿Después de completas te parece bien?

-Me parece correcto.