Leyendo los periódicos de la tarde comprendí por qué había tan poca gente en el Gran Salón, por qué tanto estudiado entusiasmo. En primera página, con algunas fotos, venía la información de la sesión que yo había protagonizado. La leí. Pero lo que más me interesó fue un informe complementario que apenas destacaba el periódico, como sabido por todos:

«A la asamblea —escribían— correspondió esta mañana asistir, de acuerdo con nuestras normas de convivencia, a los siguientes ciudadanos:

»—Varones nacidos en los meses pares de 1924.

»—Mujeres nacidas en los meses impares de 1914.

»—Vecinos menores de treinta años de las casas de la acera izquierda del Barrio Nuevo.

»—Ancianos supervivientes de la Gloriosa Carga de Caballería en la Revolución.

»—Comisionados del Gremio de Aguadores.

»Como recordarán nuestros lectores —seguía diciendo el periódico—, a la próxima asamblea, cuya celebración se anunciará oportunamente, deberán asistir:

»—Varones nacidos en los meses impares de 1924.

»—Mujeres nacidas en los meses pares de 1914.

»—Vecinos mayores de treinta años de las casas de la acera izquierda del Barrio Nuevo.

»—Ancianos supervivientes del Glorioso Cuerpo de Acemileros en la Revolución.

»—Comisionados del Gremio de Carteros».