II
1 Esto es sólo una traducción aproximada, que no capta toda la mordacidad del lenguaje. Algunas palabras no tienen equivalentes contemporáneos. «Skirkling» (como en «enviar skirkling») significa una desbandada, o carrera frenética, sin orden ni concierto, en todas direcciones, acompañada por un movimiento de vibración o traqueteo.«Volith» es jugar fútilmente con algo, e implica que el sujeto de tal acto es de una potencia joviana tal que para él cualquier problema es una ridicula nimidad. «Raudel-bogs» son los seres semiinteligentes de Etamin Cuatro, a quienes trajeron a la Tierra y entrenaron primero como jardineros, luego como obreros de la construcción y, por último, los devolvieron a su mundo, debido a ciertos hábitos repulsivos a los cuales se negaban a renunciar.
Así, la declaración de O. Z. Garr se convierte en algo como:« Si hubiera vehículos a mano, yo volith en su búsqueda con un látigo para enviar a esos raudelbogs skirkling a casa».
III
2 La población de Castillo Hagedorn era fija. Se permitía a cada caballero y a cada dama un solo niño. Si por casualidad nacía otro, tenia que encontrar a alguien que aún no hubiera engendrado para que lo apadrinara, o disponer de él de otro modo. El procedimiento normal era entregar el niño al cuidado de los expiacionistas.
IV
3 Al igual que los meks, los vehículos de energía eran originariamente criaturas de los pantanos de Etamin Nueve. Eran grandes planchas de músculo girando en el interior de una estructura rectangular y protegida de la luz solar, los insectos y los roedores por una piel sintética. Las bolsas de jarabe comunicaban con su aparato digestivo, los cables introducían nódulos de control en el cerebro rudimentario. Los músculos estaban empalmados a palancas de avance que impulsaban rotores y ruedas motrices. Estos vehículos eran económicos, de larga vida y dóciles, por lo que, básicamente, se utilizaban para el transporte pesado, el movimiento de tierras, en difíciles labores de agricultura y para otros trabajos pesados.
VII
4 «Exhibición de Antiguos Tabardos»; «Hora de la Valoración de la Puesta de Sol»: el sentido literal del primer término era aún relevante; el del segundo se había perdido y la frase era un simple formalismo.