Las «revelaciones» de Bessedovski[290]
21 de diciembre de 1929
Me pregunta si tienen algún «valor» las abundantes «revelaciones» de Bessedovski. Le confieso que no las había leído, ya que el primer artículo que cayó en mis manos me pareció vacío. Después de su pregunta, ojeé unos cuantos artículos. Por supuesto, no tengo manera de verificar toda su información, ya que una serie de hechos que menciona me son totalmente desconocidos, incluso de oídas. Pero hay por lo menos una docena de hechos con los que tuve que ver personalmente. Sobre los demás, sólo puedo juzgar de acuerdo a mi conocimiento de las circunstancias, de las personas, etcétera. Dentro de estos límites amplios, lo que impresiona en las memorias de Bessedovski es su fantasía, del tipo que entre nosotros se conoce como «Jlestakov»[291]. Es una mentira combinada, en la que el elemento de interés personal se une a una imaginación desenfrenada carente de toda dirección. En muchos casos, los inventos de Bessedovski persiguen objetivos bien precisos y despreciables. Trata de servir a quienes quisieran deteriorar las relaciones entre Alemania y la URSS y provocar una ruptura entre Moscú y París. Al mismo tiempo trata de proporcionar argumentos a los elementos más belicosos de Polonia y de otros países vecinos. Como, a pesar de su posición oficial bastante representativa, jugó un papel de segundo o tercer orden, trata de utilizar para sus invenciones algunas migajas que le llegaron de mesas a las que no estuvo sentado. Pero a menudo sus fantasías no tienen sentido y reflejan una mentalidad desequilibrada.
Casualmente, me informaron que hasta hace poco tiempo Bessedovski participó en el buró de la célula comunista de la embajada [en París] y tuvo además un papel destacado en la comisión que purgó a la célula de… oposicionistas. Como se ha visto, ¡es un hombre muy calificado para ese trabajo! Esto, a su vez, aclara la «evolución» política de Bessedovski… que no duró veinticuatro horas sino un lapso mucho más breve.
Con saludos comunistas,
L. Trotsky