–Quiero ver a Kemal -pidió ella entre
sollozos.
–No me cabe duda, y él también quiere verla a usted. Ese niño
está muerto de miedo. Nunca vi a nadie tan aterrorizado. Sabe que
va a morir, y le dije que usted también moriría. Usted se cree muy
inteligente, ¿no? Pero la verdad es que es muy ingenua, y la hemos
estado usando. Sabíamos que alguien del gobierno ruso se había
enterado de lo que hacíamos y estaba por delatarnos, pero no
podíamos descubrir quién era. Usted nos ahorró el
trabajo.
A Dana se le cruzó como un relámpago la imagen de los
cadáveres ensangrentados de Sasha Shdanoff y su
amiga.
–Sasha Shdanoff y su hermano, Boris, eran muy inteligentes.
Todavía no encontramos a Boris, pero lo haremos
pronto.
–Kemal no tiene nada que ver con esto.
Déjelo…
–Lamentablemente me será imposible. Comencé a preocuparme por
usted cuando se reunió con la pobre y desafortunada Joan Sinisi. La
pobre oyó de casualidad a Taylor Winthrop hablar del plan ruso, y
él tuvo miedo de mandarla a matar porque podían llegar a vincularlo
con el asesinato, así que la echó. Cuando ella le hizo juicio por
haberla despedido sin causa, llegaron a un acuerdo, a condición de
que ella nunca abriera la boca. – Suspiró. – Así que me temo que en
realidad fue usted la causante de su "accidente".
–Jack Stone sabe…
Roger Hudson dijo que no con la cabeza.
–Jack Stone y sus hombres han estado siguiendo cada uno de
sus pasos. Hubiéramos podido librarnos de usted en cualquier
momento, pero esperamos a que nos consiguiera la información que
necesitábamos. Ya no la precisamos más.
–Quiero ver a Kemal.
–Demasiado tarde. Lamentablemente el pobre chico tuvo un
accidente.
Dana lo miró horrorizada.
–Con Pamela decidimos que un lindo incendio era la mejor
manera de poner fin a la triste vida de Kemal, así que lo mandamos
a la escuela. Qué travieso ese niño… mire que meterse un sábado en
la escuela sin permiso… Es tan menudo que entró justo por la
ventana del sótano.
Una inmensa furia se apoderó de ella.
–¡Asesino! No va a salirse con la suya.
–Me decepciona, Dana. ¿Ahora recurre a frases hechas? Lo que
no entiende es que ya nos hemos salido con la nuestra. – Volvió a
su escritorio, apretó un botón y al instante apareció
Cesar.
–¿Sí, señor?
–Quiero que te lleves a la señorita Evans y te cerciores de
que esté viva cuando tenga el accidente.
–Sí, señor; yo me ocupo.
"Conque era uno de ellos". Dana no podía
creerlo.
–Roger, escúcheme…
Cesar la tomó del brazo y comenzó a arrastrarla hacia
afuera.
–Roger…
–Adiós, Dana.
Cesar le apretó el brazo con más fuerza y la llevó por el
pasillo. Atravesaron la cocina y salieron por un costado de la
casa, donde los esperaba una limusina.
El helicóptero de WTN se estaba aproximando a la mansión de
los Hudson. Jeff le decía a Norman Bronson:
–Puedes aterrizar en el jardín y… -Se interrumpió al ver que
allá abajo Cesar metía a Dana en una limusina. – ¡No! Espera un
momento.
El coche se puso en marcha y salió a la
calle.
–¿Qué quieres que haga?
–Síguelos.
En la limusina, Dana le decía a Cesar:
–Estoy segura de que no quieres hacer esto… Yo…