–Estuve leyendo sobre el incendio que destruyó la casa de los Winthrop y quería averiguar algunos datos.


–Ah, eso ocurrió hace un año. Creo que fue la peor tragedia ocurrida en esta ciudad.

–¿A qué hora sucedió?

Si al hombre le resultó un poco rara la pregunta, al menos no dio el menor indicio.

–A la madrugada. Recibimos el llamado a eso de las tres. Nuestros camiones llegaron allí a los quince minutos, pero ya era tarde. La casa estaba envuelta en llamas. No nos enteramos de que había gente adentro hasta que extinguimos el fuego y encontramos los dos cadáveres. Le aseguro que fue un momento muy angustiante.

–¿Tiene idea de qué fue lo que provocó el siniestro?

–Sí, claro. Un desperfecto eléctrico.

–¿Qué clase de desperfecto?

–No lo sabemos a ciencia cierta, pero el día anterior al incendio alguien de la casa llamó a un electricista.

–Pero ustedes siguen sin saber cuál era el problema…

–Creo que funcionaba mal el sistema de alarma contra incendios.

–Por casualidad, ¿no sabe cómo se llama el electricista que fue a la casa? – preguntó, sin mostrarse demasiado interesada.

–No, supongo que la policía tiene el nombre.

–Gracias.

La miró con curiosidad.

–¿A qué se debe tanto interés en este caso?

–Estoy escribiendo un artículo sobre los incendios en los centros de esquí de todo el país -respondió Dana, muy seria.


La comisaría de Aspen era un edificio bajo, de ladrillos, que quedaba a seis cuadras del hotel de Dana.

EI oficial que se encontraba en la recepción levantó la vista y exclamó:

–¿Usted es Dana Evans, la periodista de televisión?

–Sí.




–Soy el capitán Turner. ¿En qué puedo ayudarla?


–Busco información sobre el incendio que causó la muerte a Taylor Winthrop y su esposa.

–Dios mío, fue una verdadera tragedia. Los habitantes de Aspen todavía siguen impresionados.

–Es lógico.

–Sí. Es una lástima que no hayan podido salvarlos.

–Tengo entendido que el siniestro se debió a un desperfecto eléctrico.

–Exacto.

–¿Hay probabilidades de que haya sido intencional? El policía se puso serio.

–¿Intencional? No, en absoluto. Fue un desperfecto eléctrico.

–Me gustaría hablar con el electricista que estuvo en la casa el día anterior al incendio. ¿Tiene sus datos?

–Sí, seguro que los tenemos en nuestros archivos. ¿Quiere que se los busque?

–Se lo agradecería.

El capitán tomó el teléfono, habló brevemente y luego miró a Dana.

–¿Es la primera vez que visita Aspen?

–Sí.

–Hermosa ciudad. ¿Sabe esquiar?

–No. – "Pero Jeff sí. Cuando vengamos la próxima vez…’’.

En ese momento entró un empleado y le entregó al capitán un papel, que él luego le dio a Dana. El papel decía: Bill Kelly. Empresa de Reparaciones Eléctricas Al Larson.

–El local queda por esta misma calle, un poco mas adelante.

–Le agradezco mucho, capitán.

–Fue un placer.

Cuando Dana salió del edificio, un hombre que estaba parado en la vereda de enfrente se dio vuelta y habló por un teléfono celular.


La empresa dedicada a reparaciones eléctricas se encontraba en un pequeño edificio de cemento. Detrás del mostrador había un hombre bronceado y atlético que parecía un clon del que Dana había visto en el cuartel de bomberos. Al verla entrar, se puso de pie.