46. Negación de la condición de “entidad”

Una vez, durante el transcurso de una sesión, Maharaj explicaba por qué la muerte es algo traumático y terrible para las personas en general, mientras que para él es algo muy esperado puesto que significaría la liberación de las limitaciones que el fenómeno del cuerpo impone de manera intuitiva —y no sólo verbalmente—, y se acepta con la más profunda convicción y la más perentoria inmediatez, no será necesario ningún otro conocimiento. Tal comprensión no es cuestión de tiempo (antecede de hecho al concepto de tiempo) y cuando tiene lugar, sucede en forma repentina, casi como un sobresalto de aprehensión atemporal. Constituye de hecho un cese repentino del proceso de duración, una fracción de segundo en la que se suspende el movimiento mismo del proceso temporal —conforme tiene lugar la integración con lo que antecede a la relatividad— y la aprehensión absoluta ocurre. Una vez que echa raíces esta semilla de aprehensión, el proceso de la liberación relativa de la esclavitud imaginada puede seguir su propio curso, pero la aprehensión en sí es siempre instantánea.

“La palabra clave en el proceso hacia la comprensión de lo que digo es “espontaneidad”. La manifestación del universo entero es como un sueño, el sueño cósmico, semejante en todo al sueño microcósmico de un individuo. Todos los objetos son objetos soñados, apariencias en la conciencia, trátese del sueño que se origina en forma espontánea como un ensueño personal cuando alguien duerme, o del sueño viviente que es la vida en la cual todos somos soñados y vividos. Todos los objetos, todas las apariciones, son soñados en la conciencia por los seres sensibles.

“Los seres sensibles, en consecuencia, son a la vez personajes dentro de un sueño y durmientes que sueñan; no hay un soñador individual como tal. Cada sueño del universo ocurre en la conciencia, la cual se aloja en un aparato sicosomático particular que es el medio a través del cual tiene lugar la percepción y la interpretación, y el cual es considerado erróneamente una entidad individual. En el sueño profundo no hay sueños y, por consiguiente, tampoco universo. Sólo cuando operas con la mente dividida es que existes en forma separada de los “otros” y del mundo.

“Ustedes no tienen ningún control sobre los objetos de su sueño personal, incluidos ustedes mismos en tanto objetos que aparecen en su sueño. Todo es espontáneo y cada uno de los objetos de su sueño personal no es sino expresión de ustedes. También en el sueño que es la vida, todos los objetos (todos los “individuos”, por más que en el sueño parezcan oponerse) sólo pueden ser lo-que-ustedes-son. Así pues, en la vida, todo movimiento y toda acción no puede ser más que acción espontánea, pues no existe entidad que realice acción alguna. Ustedes son (yo soy) el funcionamiento, el sueño, ¡la danza cósmica de Shiva!

“Finalmente, recuerden que todo sueño, cualquiera que sea su clase, debe por fuerza ser fenoménico, una aparición en la conciencia cuando ésta se halla “despierta”, que es cuando es conciente de sí misma. Por el contrario, cuando la conciencia no es conciente de sí, no puede haber sueños, y esto es lo que ocurre en el sueño profundo”.

Al llegar a este punto, el hombre de la pareja tenía una duda. Su pregunta era:

“Si todos nosotros no somos más que imágenes de un sueño, sin posibilidad de elección para decidir y actuar de manera independiente, ¿por qué habríamos de preocuparnos por la esclavitud o la liberación? ¿Por qué habríamos de ver a Maharaj?”

Maharaj sonrió y dijo: “¡Parece que has llegado a la conclusión correcta por el camino equivocado! Si lo que quieres decir es que ahora estás convencido, fuera de toda duda, de que el objeto con el que te has identificado no es en realidad más que un fenómeno por completo carente de toda sustancia, independencia o autonomía —simplemente una apariencia imaginaria en la conciencia de otra persona— y de que, por lo tanto, para una simple sombra como ésta no puede haber problema alguno acerca de la esclavitud o la liberación, y de que en consecuencia no hay necesidad de que vengas y me escuches, entonces estás completamente en lo correcto. Si es así, ¡no sólo tienes razón sino que ya te has liberado! Pero si lo que quieres decir es que dado que no puedes aceptar que eres tan sólo una imagen de sueño, continuarás viniendo a verme, entonces me temo que no has dado siquiera el primer paso. Y, de hecho, en tanto haya una entidad que busque liberarse, no se logrará nunca tal liberación.

“Velo de esta forma: ¿Cuál es el fundamento de cualquier acción? La necesidad. Tú comes porque es necesario; tu cuerpo evacua porque hay necesidad de ello, me visitas porque tienes necesidad de acudir a mí y escuchar lo que digo. Cuando hay necesidades la acción se sigue de manera espontánea sin la intervención de ningún actor. ¿Quién siente la necesidad? La conciencia, desde luego, experimenta la necesidad por mediación del aparato sicosomático. Si piensas que eres este aparato, ¿no se trata acaso de una identificación equivocada que toma el peso de la esclavitud y busca la liberación? ¡Pero en realidad el que indaga, el buscador, es lo buscado!”

Una calma absoluta reinó en la habitación mientras cada uno reflexionaba sobre las palabras de Maharaj. La pareja de visitantes permaneció sentada con los ojos cerrados, en un olvido completo de lo que a su alrededor ocurría, mientras los otros visitantes abandonaban poco a poco la habitación.