43. La Verdad es ver lo falso como falso
En una de las sesiones el tema que se discutía era: ¿En qué consiste exactamente la “esclavitud”? Maharaj explicaba que lo que somos es noúmeno: atemporalidad, ilimitación, ser imperceptible, y no lo que parecemos ser como objetos separados; limitados en el tiempo, finitos y perceptibles por medio de los sentidos. La “esclavitud” surge porque olvidamos nuestro verdadero ser, el noúmeno, y nos identificamos con el fenómeno, el cuerpo, que no es más que un aparato sicosomático.
Cuando Maharaj invitó a que se hicieran preguntas, uno de los visitantes, quien había asistido a varias sesiones y apenas había hecho algunas preguntas antes, levantó su mano y preguntó: ¿La identificación con el cuerpo, por sí misma, implica esclavitud? los jñanis no pueden abandonar su cuerpo durante el periodo que dura su vida y deben vivirla como los otros seres humanos en lo que respecta a las funciones físicas. Lo que es más, todos los jñanis actúan de forma distinta; cada uno tiene su manera de comportarse en el mundo, su modo particular de tratar con los demás. En esta medida, ¿no hay una cierta identificación con el cuerpo individual incluso en el caso del jñani?
Maharaj sonrió como apreciando la buena fundamentación de esta pregunta. Dijo: “El cuerpo es un instrumento necesario para que la conciencia permanezca en manifestación. ¿Cómo pueden ellos “des-identificarse” en tanto el aliento vital no abandone el cuerpo (hecho que se conoce como muerte) y la conciencia se libere de su forma fenoménica? La esclavitud no es causada por la sola identificación formal con el cuerpo, el cual es una estructura sicosomática formada por los cinco elementos, un instrumento que no tiene una existencia independiente. Lo que provoca la “esclavitud” es la identificación que resulta en el concepto imaginado de una entidad independiente, autónoma, que se imagina como sujeto de la acción y, en consecuencia, “toma sobre sí” las acciones y la responsabilidad de sus consecuencias.
“Repito que no es sólo el hecho de identificarse con el cuerpo la causa del concepto de “esclavitud”. El cuerpo tiene que seguir empleándose como un instrumento. La esclavitud únicamente puede surgir cuando hay una supuesta voluntad, es decir, cuando la acción se concibe como resultado de la propia elección de un “hacedor”; es esto lo que pone en movimiento el proceso de la causalidad, del karma, y de la “esclavitud”.
“Es necesario comprender cómo esa entidad aparente llega a superponerse en el proceso general de la manifestación. Una vez que miras lo falso como falso, no es necesario nada más para encontrarla verdad, la cual no puede en modo alguno concebirse como un objeto. ¿En que momento surge el problema de la identificación? Mientras la fenomenalidad se halla íntegramente latente en la noumenalidad (siendo esta inmanente a los fenómenos) no tendría por qué surgir el problema de la identificación. No hay necesidad de ninguna identificación específica entre lo nouménico (Avyakta) y lo fenoménico (Vyakta) como tal. Dicha necesidad surge sólo cuando hay una manifestación de lo Absoluto nouménico en objetos fenoménicos separados, proceso de objetivación que supone necesariamente una “dualidad” —una dicotomía— un sujeto (Vyakti) que percibe y conoce, y un objeto que es conocido y percibido. El punto importante es que ambos, el sujeto cognoscente y el objeto conocido, son objetos interdependientes y sólo pueden existir en la conciencia en la que tiene lugar el proceso de la manifestación, ¡y la conciencia es de hecho lo que nosotros somos!
“Debe entenderse este punto básico: Sólo podemos existir como uno más de los objetos de otro; y esto sólo en la conciencia del sujeto cognoscente que nos conoce, en donde cada objeto toma la posición del sujeto cognoscente (Vyakti) con respecto a los otros, que se convierten en los objetos. Y aquí surge la “entidad” (Vyakti). El sujeto cognoscente, al considerar su función como sujeto, se asume como una entidad, como un “yo” independiente y autónomo con voluntad y capacidad de elección. Después esta entidad fantasma persigue el principio de la “dualidad” (que constituye la base misma de la manifestación) para comparar, discriminar, juzgar y elegir entre sus objetos, desde el punto de vista de opuestos interrelacionados como son correcto e incorrecto, bueno y malo, aceptable e inaceptable, etcétera.
“Es esta “entificación” ilusoria y no meramente la identificación con el cuerpo lo que constituye la raíz de la “esclavitud”. Repito: Lo que somos, lo Absoluto nouménico (Avyakta) que se manifiesta como la totalidad de los fenómenos (Vyakta), carece de toda existencia objetiva individual. En consecuencia, lo-que-somos no puede padecer “nacimientos” ni “muertes”, esclavitud ni liberación. La esclavitud, así como el sufrimiento resultante, son puramente conceptuales, y tienen como fundamento la identificación con la entidad “sujeto cognoscente” (Vyakti) que es imaginaria por completo”.
Un ejemplo de lo dicho por Maharaj lo proporciona la manera en que aprecia un buen diálogo sobre algún tema cuando se ha desarrollado de forma interesante. Cuando alguien de la audiencia muestra una penetración profunda en lo dicho por Maharaj, durante discusiones sobre temas difíciles, Maharaj se siente deleitado como un niño que ha recibido el juguete deseado. “¡Qué bien se ha discutido el tema esta mañana!”, suele decir entonces. Algunas veces, olvidando por completo las implicaciones que para una mente común dividida puede tener, dice: “¡En ningún otro lugar sería posible una discusión sobre Advaita de tan alto nivel!” Pero lo que en tales ocasiones puede parecer un autoelogio, es en realidad la pura alegría de la modestia. El entonces es Vyakta, no Vyakti.
Se dice de Ramana Maharshi que cuando la gente cantaba “Himnos en alabanza de Ramana”, él se unía a ella y se ponía a palmear con los demás. El se había desidentificado por completo de cualquier entidad, y por lo tanto era totalmente inconciente de cualquier implicación de sus acciones. Los himnos aluden a “Ramana”, no a un individuo. En realidad el jñani no tiene entidad individual por la cual cohibirse y el aparato sicosomático, el cuerpo, lleva a cabo sus funciones normales de manera normal, sin conciencia de ello.