Agradecimientos

Gangs y Gangland Britain, de Tony Thompson, vuelven a ser una inestimable fuente de información, pero en esta ocasión estoy muy agradecido a Tony personalmente por su tiempo, sus buenos consejos y sus revelaciones, minuciosas y preocupantes, sobre los entresijos de las bandas de moteros.

De la Policía Metropolitana de Londres, de nuevo tengo que dar las gracias al comisario Neil Hibberd, y además estoy particularmente agradecido a la sargento Georgina Barnard por su infinita paciencia e información, que me hicieron franquear muchos muros de ladrillo.

Casi todos los mejores chistes son suyos.

También debo dar las gracias a Anne Collins, de la Fiscalía General de la Corona, a Victoria Jones, del centro penitencial de Birmingham y, como siempre, a gran cantidad de actores cómicos por las libertades que me he tomado con sus nombres.

Si tuviera tanta suerte en el póquer como he tenido en asuntos de mayor importancia, no tendría que escribir para ganarme la vida; ningún autor soñaría con una editora o una agente mejores que Hilary Hale o Sarah Lutyens. A propósito del póquer, debo asegurar a mis seres más próximos que si he pasado horas jugando en Internet fue estrictamente por razones de investigación; y además les mando un saludo a mis amigos en tiempo real: The Admiral, The Junkie, Bagels, El Guapo, The Painter y Special Boy. Y sí, chicos: ya sé que el póquer es muy importante...

Gracias a Ursula MacKenzie, Alison Lindsay, Natalie Morse, David Kent, Robert Manser, Tamsin Kitson, Andy Coles, Miles Poynton, Melanee Winder, Richard Kitson, Roger Cazelet, Thalia Proctor, Terry Jackson, Duncan Spilling, Melanie Rogers, Nicola Hill, David Shelley y a todos los demás de Little, Brown por su respaldo, entusiasmo y trabajo duro.

Y a los que siempre están aquí: Paul, Alice, Wendy y Michael.