1.
EJERCICIO: El propio valor
Examinemos el problema del propio valor. Responde a las preguntas que siguen, y después de cada una, crea una afirmación positiva.
1. ¿Me merezco tener buena salud?
Ejemplo:
No. La enfermedad es característica en mi familia.
TU EJEMPLO:
Afirmación de muestra:
Acepto y me merezco tener una salud perfecta ahora.
2. Respecto a mi salud, ¿qué es lo que más temor me inspira?
Ejemplo:
Tengo miedo de ponerme enfermo.
TU EJEMPLO:
Afirmación de muestra:
Estar bien ahora me da seguridad. Siempre soy amado.
TU AFIRMACIÓN:
3. ¿Qué es lo que «obtengo» de esta creencia?
Ejemplo:
No tengo que ser responsable.
TU EJEMPLO:
Afirmación de muestra:
Estoy lleno de confianza y me siento seguro. La vida es fácil para mí.
TU AFIRMACIÓN:
4. ¿Qué temo que me suceda si renuncio a esta creencia?
Ejemplo:
Tendría que crecer.
TU EJEMPLO:
Afirmación de muestra:
Ser adulto significa estar seguro y a salvo.
TU AFIRMACIÓN:
Pasa revista a la lista de creencias de la página siguiente, que es la misma con que empieza este capítulo, y después estudia las afirmaciones correspondientes a cada creencia. Haz de estas afirmaciones una parte de tu rutina diaria. Enúncialas con frecuencia, en el coche, en el trabajo, frente al espejo o en cualquier momento en que sientas asomar a la superficie tus creencias negativas.