Capítulo XI CONCENTRACIÓN DE FUERZAS EN EL ESPACIO

La mejor estrategia consiste en ser siempre muy fuerte, primero en un sentido general, y luego en el punto decisivo. Por lo tanto, aparte del esfuerzo en crear las fuerzas suficientes y que no siempre corresponde al general en jefe, no hay ley más simple y más imperativa para la estrategia que la de mantener concentradas las fuerzas. Nada tiene que ser separado del conjunto principal, a menos que lo exija algún objetivo perentorio. Nos mantenemos firmes en este criterio y lo consideramos como guía en la que se puede y se debe confiar. Veremos muy pronto sobre qué bases razonables puede ser realizada la separación de fuerzas. Comprobaremos entonces que este principio no puede producir en todas las guerras los mismos resultados generales, sino que éstos difieren de acuerdo con los medios y el fin.

Parece increíble, y sin embargo ha sucedido cientos de veces, que unas fuerzas puedan haber sido divididas y separadas solamente a causa de una adhesión nebulosa a ciertas costumbres tradicionales, sin que se supiera claramente la razón por la cual se actuaba de esa forma.

Si se reconoce como norma la concentración de toda la fuerza, y toda división y separación como la excepción que tiene que ser justificada, no sólo se evitará por completo ese desatino, sino que también serán eliminadas muchas de las razones erróneas que conducen a separar a las fuerzas.