Capítulo II ELEMENTOS DE LA ESTRATEGIA
Las causas que condicionan el uso del encuentro en la estrategia caben ser divididas convenientemente en elementos de distinta clase, es decir, en elementos morales, físicos, matemáticos, geográficos y estadísticos.
La primera clase incluye todo lo que se pone de manifiesto por medio de cualidades y efectos espirituales; la segunda abarca la magnitud de la fuerza militar, su composición, la proporción de armamentos, etc.; la tercera comprende el ángulo de las líneas de operación, los movimientos concéntricos y excéntricos, en cuanto su naturaleza geométrica adquiere algún valor en el cálculo; la cuarta considera la influencia del terreno, como son los puntos dominantes, las montañas, los ríos, los bosques, los caminos; y, por último, la quinta clase incluye todos los medios de abastecimiento, etc. El hecho de que por el momento consideremos separadamente estos elementos tiene la ventaja de que aclara nuestras ideas y nos ayuda a calcular el valor más alto o más bajo de las diferentes clases a medida que avanzamos. Porque, al considerarlas por separado, muchas de ellas pierden espontáneamente su importancia. Por ejemplo, vemos con bastante claridad que, si no deseamos considerar más que la posición de la línea operativa, el valor de una base de operaciones, aun incluso bajo esa simple forma; depende mucho menos del elemento geométrico, del ángulo que esas operaciones constituyen entre sí, que de la naturaleza de los caminos y del país que éstos atraviesan.
Sin embargo, sería una idea de las más desafortunadas tratar la estrategia de acuerdo con estos elementos, pues por lo general son múltiples y están relacionados íntimamente unos con otros en cada operación aislada de la guerra. En tal caso nos perderíamos en el análisis más deslabazado y, como en una pesadilla, en vano buscariamos trazar un arco que relacionara estos fundamentos abstractos con los hechos pertenecientes al mundo real. ¡Que el cielo proteja a todo teórico que intente esta empresa! Nosotros nos ocuparemos del mundo de los fenómenos complejos, y en cada ocasión no llevaremos nuestro análisis más allá de lo necesario para dar claridad a la idea que deseamos exponer; idea que nos hemos formado no mediante una investigación especulativa, sino a través de la impresión surgida de la realidad de la guerra en su totalidad.