Capítulo 28

UN PENSAMIENTO FUGAZ

Álex

—¿Entonces dices que una ola de frío?

Brenda, mi hermana mayor, se echó a reír.

—Sí. ¿A qué se debe este súbito interés por el tiempo que hace en Escocia?

—A nada. Solo por hablar de algo.

—Entiendo. ¿Te encuentras bien?

—Sí.

—Pareces preocupado por algo. —Me conocía demasiado.

—Estoy bien, en serio. Tengo una amiga que ahora mismo está por Aberdeen y me preguntaba si…

—¿Una amiga? ¿Amiga o algo más?

—Suficiente, Brenda. Tengo que irme.

Volvió a reírse.

—De acuerdo. Aunque sabes de sobra que terminaré averiguándolo, ¿verdad?

Claro que lo haría. Y después seguro que intentaría inculcar un poco de sentido a Inary.

Colgué el teléfono y apoyé la barbilla en la mano para continuar mirando la pantalla del ordenador con el correo que tenía abierto. A Inary se la veía demasiado baja de ánimo y no había nada que pudiera hacer para ayudarla.

Y luego estaba Sharon. Mi novia. No podía justificar que siguiera hablando con Inary como antes, ni siquiera me lo podía justificar a mí mismo. Aun así, seguía haciéndolo.

De: Alex.McIlvenny@hotmail.co.uk

Para: Inary@gmail.com

Querida Inary:

Recuero aquel vestido. Parecía hecho de espuma y tú parecías recién salida del mar…

Patético. Borré todo y empecé de nuevo.

Querida Inary:

Recuerdo aquel vestido. Emily tenía un enorme talento, igual que tú. Por supuesto que volverás a escribir. Solo tienes que ser más benevolente contigo misma y tomarte tu tiempo. Imagino lo mal que lo estás pasando… Me encantaría estar allí contigo y poder hacerte esto un poco más llevadero. Me gustaría poder ayudar más de lo que lo estoy haciendo. Siento haber tardado tanto en contestarte. ¡He estado muy ocupado!

Álex

Estuve dándole vueltas sobre si añadir o no «Besos». Pero al final no lo hice y lo envié tal cual.

Un rato después volvió a sonar mi teléfono. Me fijé en la pantalla. Se trataba de Sharon. Estaba llevándome el teléfono móvil a la oreja cuando un correo apareció en la bandeja de entrada. Inary.

—Hola…

—Hola, ¿qué tal?

—Bien… Sí… ¿Y tú?

Querido Álex:

No te preocupes. No sabes lo bien que viene de vez en cuando eso de estar ocupado. Me estás ayudando un montón. Seguro que lo sabes. Tus correos siempre me arrancan una sonrisa. Me encanta oír tus historias sobre Chromatica y tus viajes…

Sharon soltó un suspiro.

—¿Álex?

—Sí, perdona, ¿qué me decías?

Entonces, ¿dónde te toca ir ahora? Tienes una vida tan emocionante, con todos esos lugares a los que viajas… A mí, sin embargo, ahora mismo solo me apetece estar en Glen Avich, donde me siento más cerca de Emily. Tengo tantas cosas que contarte, pero debo seguir trabajando. ¡Más pájaros, Álex! ¿Recuerdas lo que te dije sobre las novelas que últimamente selecciona Rowan? Esto es una auténtica tortura.

Espero saber de ti pronto.

Besos.

Inary

—Álex, ¿te pillo en mal momento?

—No, no. Lo siento. Me estabas comentando lo de esta noche…

—Podemos dejarlo si estás muy liado. —Sonaba un poco molesta.

—Por supuesto que no. ¿En tu casa o en la mía?

—En la mía. Me apetece prepararte algo de cena. Entonces hablamos luego. Te quiero…

—Sí. Luego hablamos.

Hubo un breve silencio y entonces me di cuenta de lo que acababa de decirme. Y de lo que «yo» no había dicho.

—Te quiero —me apresuré a agregar sintiendo cómo se me revolvía el estómago.