Introducción. La importancia de comer sano en casa
EN las últimas décadas, los temas relativos a la alimentación y la gastronomía han cobrado un interés considerable en nuestra sociedad, a lo que se une la preocupación por la alimentación en relación con la salud. Ello se debe a que la población sabe que el estilo de vida y la nutrición constituyen importantes determinantes de la salud en los años futuros. Por esta razón, se puede decir que al elegir una dieta también se está eligiendo, en cierto modo, la salud.
Se considera que la alimentación es equilibrada cuando, con unos alimentos variados y en proporción adecuada, nos brinda los nutrientes cualitativa y cuantitativamente necesarios para el correcto funcionamiento del organismo y el mantenimiento de la vida; cuando logra mantener al individuo en buena situación, tanto física como mental, y retrasar o prevenir la aparición de enfermedades.
Sin embargo, el estilo de vida de las sociedades avanzadas (también llamadas «occidentales») no es el más recomendable. Y no solo por la falta de actividad física, que, si se une a un consumo excesivo de energía, aumenta el riesgo de enfermedades crónicas —como, por ejemplo, la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares—; sino también por el sedentarismo al que estamos habituados. Además, la gran abundancia de alimentos en nuestra sociedad industrializada ha hecho que cambien rápidamente los hábitos alimentarios: predomina el picoteo, el número de personas que comen solas va en aumento, incluso en el caso de los niños… Y gracias a los modernos medios de transporte existe un intercambio cultural de alimentos. Ciertos alimentos y formas de cocinar que antes se consideraban exóticos se están implantando en nuestra sociedad.
Otro factor decisivo en el cambio de los últimos años es la irrupción en nuestras vidas de la llamada comida rápida y los platos preparados, motivados por los horarios laborales y la incorporación de la mujer al mundo laboral. A ello se une la dificultad para compartir, por razones de horario, los momentos de la mesa. Todo ello implica la aceptación frecuente de platos y comidas prefabricadas, en contraposición al concepto de alimento natural, que se ha elevado a la categoría de mito.
Pero, sin duda, puede haber una comida sana, que se elabora en casa con facilidad. Eso es precisamente lo que nos enseña el autor de este libro, Darío Barrio, quien, además de cocinero, es un deportista muy reconocido. Es de agradecer su ayuda para solucionar la cocina de cada día y a imitar su ejemplo de vida físicamente activa.
DRA. PILAR RIOBÓ SERVÁN,
médico especialista en Endocrinología y Nutrición