AMANCIO ORTEGA
Y puesto que hablamos de Mango, naturalmente, hay que hablar de su competencia más directa, Zara, y de su fundador.
Amancio Ortega nació en Busdongo de Arbás, en la provincia de León, en 1936. Su padre trabajaba como ferroviario y fue trasladado a Galicia cuando Amancio contaba con catorce años. A esa misma edad empezó a trabajar en una tienda de La Coruña y allí entró en contacto con el sector textil y el mundo de la moda.
A principios de los años sesenta, junto con su primera esposa, Rosalía Mera, creó una empresa llamada Confecciones GOA, S. A. Una de las características de la empresa era que ellos diseñaban, fabricaban y vendían sus propias prendas.
Pero fue a principios de 1975 cuando abrió en La Coruña la primera de las tiendas Zara. Tras alcanzar el éxito al abrir tiendas por todo el mapa español, en los años ochenta crearon el grupo Inditex.
Entre los ochenta y los noventa realizaron una expansión del negocio a escala mundial. Zara se convierte en una de las alternativas de la moda popular, tanto para mujeres como para hombres y niños.
Marcos Ortega, el único hijo varón de Amancio, nació con una discapacidad grave. Por esa causa, su padre ha destinado parte de su fortuna a la creación de la Fundación Paideia Galiza (dirigida por su primera esposa). Dicha fundación sin ánimo de lucro se dedica al apoyo de los discapacitados.
El empresario creó otra fundación que lleva su nombre, y que no tiene nada que ver con el mundo empresarial. Promueve actividades del mundo de la cultura, la educación, la investigación… Dan becas y se llevan a cabo proyectos de todo tipo. Todo se basa en los principios de su fundador: solidaridad, comprensión, compromiso, laboriosidad, autenticidad y fidelidad.
Muchos magnates, habiendo ya amasado grandes fortunas, se dedican a aumentar sus beneficios hasta la saciedad. El caso de Amancio Ortega resulta ejemplar, ya que dedica gran parte de sus ingresos a la filantropía, ayudando a nuevos talentos a desarrollarse y llevar a cabo sus proyectos.
Sin ir más lejos, en la reciente boda de su hija, la heredera del imperio textil, los novios pidieron expresamente a los invitados que los regalos fueran donaciones a una causa benéfica.