BILL GATES
Nacido en 1955 en Seattle en el seno de una familia acomodada, pudo estudiar en escuelas de élite y en la Universidad de Harvard.
En 1968, en la escuela de Lakeside, se puso en contacto por primera vez con una computadora, hecho que le hizo aficionarse a la informática. En ese mismo centro conoció al que en el futuro iba a ser su gran amigo y estrecho colaborador: Paul Allen.
En 1975 fundaron la empresa Microsoft en Albuquerque (Nuevo México). Ellos creaban programas adaptados a los nuevos microordenadores y lo hacían de tal manera que a las empresas fabricantes les salía más barato que hacerlos ellas mismas.
En 1979 se instalaron en Seattle y en 1980, Microsoft firmó un contrato con el gigante IBM. Microsoft les suministraría un sistema operativo adaptado a sus nuevos ordenadores personales. Más tarde Microsoft creó el sistema operativo Windows, que se hizo imprescindible para los que disponían de un ordenador.
Por todo ello, cuando Microsoft empezó a cotizar en bolsa en 1986, Bill Gates se convirtió en el empresario más adinerado del mundo. A partir de entonces la empresa creció como la espuma y durante mucho tiempo Bill Gates fue el hombre de moda.
Actualmente se le considera la segunda persona más rica del planeta. Sin embargo, jamás se ha comportado de manera ostentosa. Suele viajar en clase económica y en el vestir parece sencillamente un empleado más de la empresa que él mismo creó.
En el año 2006, en la cima de su carrera profesional, decidió abandonar paulatinamente su puesto en Microsoft para dedicarse a la Fundación Bill y Melinda Gates. A partir del año 2008 se dedica plenamente a ella. Dicha fundación ayuda al desarrollo de las zonas menos favorecidas del planeta en cuestiones de alimentación, crecimiento económico y educación.
Resulta revelador leer la carta de Bill Gates que encabeza la presentación de la página web de la fundación. Es una misiva llena de optimismo. En ella se dice que ahora mismo el 15.% de la población mundial vive sumida en la extrema pobreza. Sin embargo, tan solo hace veinticinco años esa cantidad llegaba al 40.%. En esa misma carta, Bill Gates sostiene que esta tendencia hacia la mejora de la calidad de vida de la población más empobrecida puede ser acelerada.
El hecho de que Bill Gates, una de las mentes más brillantes de nuestra sociedad, se dedique casi exclusivamente a la filantropía nos hace recuperar la confianza en el ser humano.